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Reseña de Todo lo peor, de César Pérez Gellida

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Todo lo peor, César Pérez Gellida

Varios cadáveres de homosexuales aparecen brutalmente asesinados en el Berlín Este de finales de la Guerra Fría. Las autoridades no le prestan la atención que merece hasta que un alto cargo de la Stasi que maneja información muy sensible para el Estado aparece muerto en las mismas circunstancias.

Por su experiencia en el comportamiento de la mente criminal, encargan la investigación a Viktor Lavrov, que, junto al inspector apartado de la Kriminalpolizei, Otto Bauer, buscará la manera de sumergirse en un mundo prohibido tras los pasos de un despiadado asesino mesiánico.

Lo bueno

  • Viktor Lavrov en todo su esplendor psicológico-manipulador
  • El estilo literario, de disfrutar frase a frase
  • El maestro de los grises. Nadie es blanco y nadie es negro. Todos los personajes se mueven entre claroscuros dignos de premio
  • Los hermanos Bauer, aún mejores que en Todo lo mejor
  • La ambientación histórica y geográfica, impecable
  • El giro que no vi venir ni de lejos

Lo malo

  • La cantidad de gente que ha metido en todas las tramas. Menos mal que ha puesto un listado al principio, porque sin él habría estado perdida
  • El giro que sí vi venir de lejos
  • La relación que se establece entre Viktor y Rebeca. Ella, en general, su forma de actuar me resultó muy forzada y poco creíble.

Todo lo peor, de César Pérez Gellida. O todo lo contrario

Voy a comenzar esta reseña explicando un detalle sobre mí: no me suelen gustar las novelas de espías. No tengo nada en su contra y les reconozco un mérito enorme para jugar con la historia, los personajes y el lector hasta acabar revelando esa traición o giro inesperado que lo explica todo y tira al traste lo que creías saber. Hay que ser muy bueno para escribir novelas de espías. Mi problema es que hay que estar muy concentrado para leer novelas de espías, para seguirlas sin perderse, para acordarse de los nombres de cada personaje, quién está de qué lado, quién juega a dos bandas (o a tres), qué secretos se han revelado y cuáles siguen ocultos para unos, para todos o solo para alguien en concreto.

Así que mi problema, en realidad, no es con las novelas de espías sino con la poca concentración que me puedo permitir poner en la lectura. Entre las interrupciones, el poco tiempo de que dispongo y los asuntos que se inmiscuyen en mi cabeza reclamando atención, es imposible seguir el hilo tan bien como debería.

¿Y a qué viene esto?

Pues a que Todo lo peor posee todas las características de una buena novela de espías. Aquí no te puedes fiar ni del carnicero del barrio, todo el mundo está mintiendo, todo el mundo oculta algo, todos creen saber lo que pasa y nadie se está enterando de nada. Y no se queda solo aquí, es que, además, te mezcla la trama de espías con la persecución de un asesino en serie y todas las relaciones afectivas y amistosas entre los protagonistas. Casi nada. Y pese a todo esto, me fascinó. Sí, tuve que esforzarme y poner mala cara cuando alguien pretendía interrumpir mi lectura, pero valió la pena. Hazme caso.

No puedo dejar de mencionar, antes de entrar al meollo de la novela, el reconocible estilo gellidista: los giros linguísticos, las imágenes literarias, las metáforas, las vueltas para definir lo sencillo de la manera más estrambótica posible… Y, por supuesto, ese sentido del humor puro gellidismo.  Puede que en ocasiones sature un poco, habría dado la vida por una frase simple de tres palabras aquí o allá, pero hay que admitir que provoca un estado de concentración que te lleva con la boca abierta página tras página y que hace que el esfuerzo necesario para seguir el enrevesado hilo de la trama sea todo un placer.

El autor: César Pérez Gellida

Si sigues este blog, ya estás harto de que te hable de César Pérez Gellida, pues he reseñado dos de sus obras, Konets y Todo lo mejor, de modo que no te añado más. Detalles básicos: nació en Valladolid en 1974, trabajó en publicidad y comunicación y ahora es uno de los escritores de habla hispana más valorados en el género criminal.

La trama

Todo lo peor comienza apenas unos meses después del final de Todo lo mejor. Un importante miembro del partido aparece asesinado en su casa de una manera repulsiva que parece indicar que mantenía una doble vida con la que ocultaba su homosexualidad. Y claro, eso en un jefazo destacado de la RDA, no. Así que el Ministerio se pone en marcha para descubrir al asesino, un tiparrajo de aspiraciones mesiánicas que se ha erigido en castigador de todos aquellos a los que su Dios no considera decentes.

Todo el entramado de siglas y espías dispuestos a sacar tajada de cualquier situación (KGB, Stasi, CIA y hasta el Mossad) afilan los dientes cuando descubren quién era en realidad la víctima y a qué se dedicaba, y para buscar sus respectivos beneficios, nada mejor que infiltrar al famoso psicólogo criminal Viktor Lavrov en la investigación.

Todo lo peor se junta cuando las investigaciones pueden ser excluyentes. Unos quieren descubrir el secreto que ocultaba la víctima y otros quieren encontrar un culpable para cerrar el caso, pero a nadie parece importarle la verdad.

Los personajes

Como  he dicho antes, en esta novela todo el mundo oculta algo. Hay mentiras y secretos que conocemos, algunos desde la entrega anterior, Todo lo mejor, y otros desde las primeras páginas de esta. Otros se van desvelando poco a poco y otros no se descubrirán hasta el final. Así que todo lo que te cuento aquí puede ser mentira.

  • Viktor Lavrov. Nuestro protagonista escapó airoso de su primera aventura y mantiene su posición y su poder dentro de la estructura del KGB en la RDA. La nueva misión a la que se enfrenta nos muestra sus enormes habilidades como psicólogo criminal, y también nos muestra al ser humano que esconde el personaje, sobre todo en lo que respecta a su relación con Erika y su amistad con Otto y Birgitt.
  • Otto Bauer. Este policía no salió tan airoso como Viktor. Tanto física como anímicamente carga con unas duras secuelas que lo han impulsado a abandonar todo lo que era y en lo que creía, sumiéndose en una bajada a los infiernos que puede acabar mucho peor de lo que está preparado para aceptar.
  • Birgit Bauer, la hermana de Otto sigue siendo tan maravillosa como en Todo lo mejor. Con la misma fuerza y el mismo carácter y ahora un nuevo propósito, salvar a su hermano. En todos los sentidos.
  • Erika Eisemberg. Al final de Todo lo mejor descubrimos la verdad sobre Erika. Nosotros, nada más, sabemos quién es y para quién trabaja. Así que nosotros, nada más, vamos a vivir con ella las dudas y la dificultad de llevar una doble vida al lado de alguien como Viktor Lavrov, el hombre equivocado al que amar.
  • El hombre llamado Asa. Este sí que es todo lo peor. Se cree ungido de la gracia de Dios y con el poder y casi la obligación de limpiar el mundo de homosexuales. Cruel, sádico y casi tan manipulador como nuestro protagonista.
  • Rebecca Aullendorf. La viuda de Johannes Allendorf sabe más de lo que aparenta y sufre menos de lo que finge. Este personaje es otro de esos a añadir en la lista de manipuladores, aunque reconozco que no terminé de entender sus jugadas, qué pretendía ni hacia dónde iba.
  • Todos los espías. Como dije antes, en esta novela se entremezclan espías y asesinos del KGB, la Stasi, la CIA, el Mossad y mi tía la del pueblo. Todo quisqui se mueve entre estas páginas con intenciones ocultas, así que, como mencioné, no te fíes de nadie.

En resumen: Todo lo peor

Gellida vuelve a hacer gala de su puñetera maestría para entrelazar historias, personajes y mentiras hasta que comprendes que no puedes fiarte de nadie, y a partir de ahí ya puede hacer contigo lo que quiere.

Si ya es complicado entretejer una trama tan compleja como la que encontramos en Todo lo peor, con personajes que se muestran tal y como son, no puedo imaginar la dificultad para llevar a cabo esta labor de la mano de unos personajes que no dicen la verdad ni por equivocación. Aquí miente hasta el apuntador, hasta el perro que mea en un árbol del parque te está engañando, y, querido lector, si quieres llegar al final de esta historia, más te vale no olvidarlo. No te fíes de nadie. Y menos de Cesar Pérez Gellida.

Recuerda que puedes comprarlo en librerías o en Amazon

Un abrazo, y felices lecturas.

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