La ciudad de la lluvia
Bilbao, 1983 – Berlín, 1941
¿Por qué están muriendo todos los que aparecían en aquella vieja fotografía?
Nadie puede esconder la verdad para siempre
En el Bilbao de principios de los años ochenta, Alain Lara, un joven y prometedor jugador del Athletic, descubre una vieja fotografía de los años cuarenta que su abuelo Rodrigo había mantenido siempre oculta. En ella Alain reconoce, junto a su abuelo, a un joven Ignacio Aberasturi, el gran empresario bilbaíno y actual candidato a la presidencia del Banco del Norte. La repentina, extraña y coincidente desaparición de ambos lo llevará a una investigación que se remontará a un pasado oculto.
En un intento por entender lo que sucede, Alain contactará con María, la hija y heredera del imperio Aberasturi. Juntos tejerán los hilos del pasado que unieron a sus familias en los años del Berlín nazi, pero solo obtienen más preguntas, más dudas, más sospechas.
¿Qué pudo unir hace más de cuarenta años a estos dos hombres cuyas vidas nunca más volvieron a cruzarse? ¿Quiénes son los demás personajes que aparecen retratados junto a ellos? ¿Quién anda detrás de ellos y por qué?
Lo bueno
- Las citas de los personajes al comienzo de cada capítulo, una manera completamente original de introducir los capítulos, y una manera de conocer a los personajes un poco más
- Los distintos narradores y tiempos en cada trama. Ayuda a ubicarse en la lectura y a enfrentarse a cada capítulo con el enfoque adecuado.
- Cada uno de los personajes protagonistas, Alain, María, David, Bieda y el extranjero, están definidos con maestría, las distintas personalidades, diferentes entre sí hasta el extremo, pero sin caer en exageraciones ni clichés. Cada uno de ellos me ha encantado, sobre todo el futbolista.
- Tanto en el aspecto futbolístico como en la trama de Alemania, la utilización de los hechos históricos reales en favor de la historia. Magnífico.
- El vasco. No me refiero a una persona ni a que los personajes hablen en euskera, aunque en parte sí, me refiero a la utilización de algunas palabras en el idioma y, sobre todo, a la entonación y los ritmos en el habla de los personajes, que sonaban con el acento perfecto en mi cabeza.
- El final. No voy a decir nada para no estropear el efecto magnífico que consigue crear el autor cuando, finalmente, la historia debe llegar a su conclusión.
- La originalidad. En un género en el que, a veces, está todo hecho, esta novela está llena de elementos originales: los saltos de tiempos y narradores en cada capítulo, los inicios de dichos capítulos y el final, ese final…
Lo malo
- La frialdad de algunos personajes a la hora de enfrentarse a sus actos. Me ha resultado difícil de creer en varias ocasiones.
- Las motivaciones del asesino. No es que no resulte creíble, pero… Me ha faltado enjundia, me resultó exagerado todo.
- Los personajes secundarios me han parecido algo desdibujados en contraposición con los protagonistas.
La ciudad de la lluvia, una novela negra que destila clasicismo y, al mismo tiempo, originalidad.
El género negro, quizás como todos los géneros literarios, cuenta con una serie de normas o características que lo definen y que provocan, en ocasiones, la sensación de que todo está ya escrito. Los personajes, los buenos, los malos, los escenarios habituales… pueden hacer que el lector sienta que está leyendo algo que ya ha leído antes. Eso no es necesariamente malo, al aficionado a un género no le molesta encontrarse siempre con las mismas referencias, pero no se puede negar que, hallar algo diferente, algo original, es un soplo de aire fresco que no puede sino mejorar la lectura.
Y es lo que ocurre con esta novela. En La ciudad de la lluvia nos encontramos con una novela llena de refencias al género más negro del cine clásico: la lluvia constante, los personajes fríos y duros pegados a un cigarro, la mujer fatal, fuerte y vulnerable al mismo tiempo, ese aeropuerto alemán en la niebla, esos malvados nazis… ¿Sabes qué? En mi cabeza, las imágenes que me transmitía la lectura se reproducían en blanco y negro.
Pero, al mismo tiempo, La ciudad de la lluvia también está llena de elementos que no has visto nunca. Primero los tiempos narrativos, uno de los mayores aciertos de la historia. La trama nazi está narrada en presente de la tercera persona; la historia de David Schaffer, escrita a modo de autobiografía, en presente de la primera persona, y la trama de Bilbao, en pasado de la tercera persona. Puede parecer complicado, pero no lo es, todo lo contrario, facilita la lectura, la ubicación del lector, que sabe en todo momento dónde está y quién habla, favorece que vayamos conociendo a algunos personajes y que jueguen con nosotros a su antojo.
Y el detalle, insignificante, por otra parte, pero magnífico, de los inicios de capítulo. Cada uno de ellos comienza con una cita, que no es tan raro; lo nuevo es que estas citas son frases o incluso fragmentos de diálogo entre personajes de la novela. Y son geniales.
Y por último, el final. Por supuesto, no voy a desvelar nada, y es que no me refiero tanto al desenlace, a quién es el malo y cómo y por qué, que quizá ese porqué sea de las pocas cosas que me falló en la novela. No, lo increíble del final es el modo de desarrollar esa escena definitiva. De aplauso. Hacedme caso.
El autor: Alfonso del Río
Alfonso del Río es un abogado bilbaíno nacido en 1980, que compagina su dedicación al derecho con la literatura. La ciudad de la lluvia no es su primera novela, como se suele decir, sino la segunda, pues anteriormente había escrito Ioannes, una novela que mezcla el género negro y el histórico.
Desde ya te digo que es un autor al que hay que seguir muy de cerca.
La trama
Tras el fallecimiento de su abuelo, la joven promesa del fútbol vasco, Alain Lara, encuentra una fotografía en la que aperece su aitite con cuarenta años menos, otros tres hombres y un niño en un viejo aeródromo. Poco después, descubre que dos de esos hombres también han fallecido en extrañas circunstancias y decide investigar quiénes eran y que unía a esas personas tan diferentes con su abuelo.
Para ello recurre a María, empresaria de éxito en medio de una importante operación financiera e hija de uno de los fallecidos. Y ella acudirá a David, viejo amor imposible y uno de los mejores abogados jóvenes del mundo. Los tres, cada uno desde su posición y su propia manera de pensar, tratarán de averiguar la historia detrás de esa fotografía y el motivo que oculta para que sus protagonistas hayan perdido la vida.
Los personajes
- Alain Lara: Veintipocos años y una de las promesas del futbol. El fichaje estrella para la nueva temporada del Athletic de Bilbao, nada menos, en plenos años 80 cuando era uno de los mejores equipos del país. Y, sin embargo, Alain observa el mundo desde una frialdad impropia para su situación. Humilde pero no sumiso, ambicioso pero no soberbio. Sabe quién es y lo que representa en la ciudad, y lo vive con la misma calma con la que se enfrenta al mundo.
Si tengo mucho que decir es porque suelo decir poco y escuchar mucho.
- María Aberasturi: Esta abogada con afición a descalzarse en los despachos es la hija de uno de los mayores empresarios del país, que resulta ser, a su vez, uno de los fallecidos de la fotografía. María no sabe qué relación une a su padre con el abuelo de Alain, pero desde el principio sospechó de la versión oficial de la muerte de aquel, por lo que las dudas del futbolista terminan de azuzar su necesidad de explicaciones. María es guapa, por supuesto, también una gran abogada y, ahora, la heredera de un imperio que está a punto de crecer con la adquisicón de una empresa de la competencia. Y ella debe estar a las tres cosas a la vez.
- David Schaffer: Uno de los mejores abogados del mundo, si no el mejor. Que no lo digo yo, ya lo dice él mismo. David Schaffer no es humilde ni modesto ni pretende serlo. Ansía el poder, la fama y la gloria, más que el dinero y, por desgracia para él, más que la felicidad que podría haber alcanzado junto a la que él mismo también se refiere como “la mujer de su vida”. Se enamoró de María desde que la conoció y la dejó marchar por alcanzar su sueño.
- Inspector Lucas Bieda: Policía que huye de la discreción como de la peste. Esposo y padre de dos niñas, aficionado a los puros, maleducado, violento y decidido. Y aun así, encantador. Igual que Schaffer es conocedor de sus puntos fuertes y débiles, también Bieda sabe que debería ser más prudente, pero ¿para qué?
- El Extranjero: Cambiamos de país y de época para conocer al extranjero en el Berlín de los años 40, justo antes de la invasión alemana de la Unión Soviética. El Extranjero tiene un negocio que proponer a los alemanes, un negocio que puede hacerle millonario o acabar con su vida, una de dos. Por suerte, El Extranjero lo tiene todo controlado y, con una inmensa frialdad, no duda en utilizar a cualquiera que se le ponga delante para lograr su objetivo.
En resumen: La ciudad de la lluvia
Creo que no puedo decir más, unos personajes magníficos, Bilbao en los años 80, Berlín en los 40, diferentes enfoques, voces, tiempos, viejos misterios y problemáticas perfectamente actuales de dinero y poder. La ciudad de la lluvia es una novela que cualquier aficionado al género debería leer para disfrutar con su aporte clásico y la originalidad de su escritura.
Estaré muy pendiente de las próximas obras de Alfonso del Río, sin duda.
¿Y tú? ¿Lo conocías, has leído esta novela?
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Un abrazo, y felices lecturas.