Banquete fúnebre por Karlovy Vary, de Miloš Urban
En la terraza de un hotel, una mujer desgarra con los dientes a un hombre a quien no conoce y luego se suicida saltando al vacío. En un campo de golf, un hombre mata a una mujer embarazada con su propio palo, muerde y come sus senos, y más tarde se lanza entre las ruedas de un automóvil. Después de mucho tiempo ausente, el escritor de thrillers Julián Uřídil regresa a su ciudad natal, el balneario checo Karlovy Vary. Debe ayudar a la policía a resolver, off the record, esos dos crímenes ocurridos en extrañas circunstancias, y que amenazan con alejar a los turistas de la ciudad balneario. A cambio, podrá usar esa trama en su próxima novela de ficción. Pero Julián no será un detective al uso. Al tiempo que su regreso le hace revivir un pasado que creyó haber enterrado al marcharse de allí, mientras investiga, él mismo se verá involucrado (como testigo, como víctima potencial e incluso como fallido victimario) en los nuevos crímenes ocurridos tras su llegada al balneario. Y aclarar el enigma se convertirá para él en una cuestión de supervivencia.
Lo que sí
- El suspense
- El misterio de los asesinatos
- Las reflexiones del protagonista
Lo que no
- La traducción extraña
- La sensación onírica al extremo
- Demasiadas descripciones para conocedores del lugar
Banquete fúnebre por Karlovy Vary. Una novela entre el sueño y la pesadilla.
Hoy quiero hablaros de una novela extraña. No sé si se debe al origen checo del autor, a su estilo personal o son solo cosas mías; el caso es que a cada página sentía que estaba ante una de esas películas europeas de los años setenta. Esas películas que funcionan a un ritmo diferente a lo habitual, unos diálogos que no terminan de encajar y personajes extraños, reflexivos, complejos, difíciles de comprender. Una ambientación onírica que se extendía por todos los aspectos de la lectura. Detalles que no hacen que sea una película mala, ni mucho menos, pero sí requieren cierto esfuerzo para disfrutarla.
Un ejemplo de este onirismo es la dicotomía que se establece entre conceptos a lo largo de toda la novela, ahora un sueño, ahora una pesadilla, una ciudad magnífica o una ruina abocada a su destrucción, un pasado glorioso y un futuro incierto; la riqueza de los turistas y la pobreza de los habitantes. Así todo. Respecto a estas descripciones, el autor, habitante de la ciudad de Karlovy Vary durante gran parte de su vida, la describe con minuciosidad, sin duda, pero también con mil referencias que un desconocedor de la ciudad no entenderá, referencias a lugares por sus nombres o a historias de un pasado que no explica. Tanto es así que en ocasiones lamenté no poder ver en mi cabeza los lugares de los que hablaba.
También quiero dedicar un comentario a la traducción, y esto es algo que no suelo criticar jamás, pues me parece una labor compleja y demasiado poco valorada, pero en Banquete fúnebre por Karlovy Vary, la traducción me ha resultado llamativa, como poco, plagada de ciertos términos coloquiales que no vienen a cuento, que ni siquiera encajan y que no están en los diálogos, cosa que podría achacarse a la manera de hablar del personaje, sino en la narración. Como la profusión del verbo “petar”. En esta novela todo peta. Las cosas no se rompen ni se rajan ni se desgarran ni estallan. Todo peta. Desde la costura de un pantalón hasta una uva en la boca, una botella de cristal contra el suelo o cualquier otra cosa que se te ocurra. Es el ejemplo más llamativo, pero no el único. ¿Por qué ocurre esto? A saber. Y es una pena, porque el lenguaje en Banquete fúnebre por Karlovy Vary es muy preciso y trabajado, las palabras y frases perfectas para transmitir esa sensación de sueño continuo, el terror ante los acontecimientos, las dudas, las reflexiones de los protagonistas… Y a cambio, esos términos metidos con calzador me sacaron de dicha ambientación constantemente.
El autor. Milos Urban
Miloš Urban es un novelista nacido en Checosolovaquia en 1967.
Vivió en Londres durante algunos años de su infancia, pero regresó en seguida a Karlovy Vary, lo que se nota en la manera en la que habla de esta ciudad en Banquete Fúnebre en Karlovy Vary. Estudió en la Facultad de Arte de la Universidad Carolina de Praga, ha trabajado como editor, traductor y escritor.
La trama
En la pequeña ciudad de Karlovy Vary se están produciendo una serie de dramáticos asesinatos. Los turistas, casi como zombies, se lanzan unos sobre otros para matarse a mordiscos y suicidarse después. Desconocidos, familias, no importa, cualquiera puede sufrir esta terrible transformación a la que nadie encuentra sentido.
El jefe de policía, desconcertado ante una investigacion sin conclusiones de utilidad, recurre a un viejo conocido de infancia, un famoso escritor de novela negra, para que lo ayude, con la excusa de que un hombre acostumbrado a asesinar en sus historias, podrá ver estos asesinatos de una manera diferente y, quizá, aportar algo de luz. ¿Por qué, cómo va a ayudar, qué sentido tiene? No queda claro en ningún momento, pero allá que va Julián, espoleado por su curiosidad de escritor.
Julián Uřídil regresa, por lo tanto, a la ciudad de su infancia, de la que se marchó con el juramento de no volver jamás, para enfrentarse a viejos recuerdos, conocidos y traumas, mientras trata de sobrevivir a un manipulador asesino que parece tomarla con él.
A partir de este momento, nos vemos envueltos en una historia en la que van apareciendo diferentes personajes, algunos del pasado del protagonista y otros a los que encuentra durante su investigación, y a través de las relaciones que entabla con cada uno de ellos vamos dudando de todos. ¿Quién puede estar detrás de estos asesinatos?
Los personajes
No puedo hablar demasiado de los personajes, pues a lo largo de Banquete fúnebre por Karlovy Vary, el autor juega a dosificar la información y hacerte dudar, no solo de la culpabilidad de cada uno, sino hasta de sus intenciones, así que, calladita estoy más guapa.
Solo hablaré de:
- Julián Uřídil, un escritor de novela negra que se ve atraído a su pesar a la ciudad que abandonó hace muchos años. Nos encontramos con un hombre que carga a sus espaldas un buen número de traumas, errores cometidos y recuerdos dolorosos, localizados todos ellos en esta ciudad que se los lanza a la cara a cada esquina que dobla. Un hombre entregado a todos los vicios conocidos, el alcohol, las drogas y el sexo, sin ninguna intención de abandonarlos, pues nada sería de él sin ellos. La sobriedad lo obliga a enfrentarse a lo que fue, y no está dispuesto.
En resumen: Banquete fúnebre por Karlovy Vary
Banquete fúnebre por Karlovy Vary te lleva de la mano por una ciudad tan hermosa como aterradora, de un pasado glorioso y un presente incierto.
Una novela, como digo, onírica, llena de reflexiones y paseos por una ciudad que ahora es hermosa y ahora un recuerdo decadente de lo que ya no es. Con su estilo onírico y sus profundas reflexiones sobre la vida y el pasado, no olvidaremos en ningún momento esa serie de asesinatos incomprensibles cuya resolución nos mantendrá enganchados hasta el final.
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Un abrazo, y felices lecturas.