¡Feliz semana a todas las madres!
Que sí, ya sé que el día de la madre es el domingo, pero yo quiero felicitarles la semana entera y, ya que estamos, reivindicar la figura de estas mujeres en la novela negra.
Porque las madres en la literatura han tenido muchos papeles, pero, por lo general, de un modo secundario. Son las que crían, apoyan o traicionan al héroe, son las que se quedan en casa cuidando a los hijos del detective mientras este se va a salvar el mundo o las que sufren los crímenes del asesino de turno.
En pocas ocasiones las madres han sido las protagonistas de sus propias historias de novela negra (o de otros géneros, ya que hablamos), y hoy llega el día de reivindicarlas. Porque, seamos serios, pocas cosas más peligrosas que una madre a la que le tocan a su retoño.
¿O no?
8 novelas negras con madres protagonistas
La cadena, de Adrian McKinty
Como una mañana cualquiera, Rachel deja a su hija en la parada del autobús. Pero una llamada de un número desconocido lo cambia todo: una mujer le informa que tiene a Kylie secuestrada y que, si quiere verla de nuevo, deberá seguir sus instrucciones al pie de la letra: primero, pagar un rescate; segundo, secuestrar a otro niño. Quien llama es también una madre cuyo hijo ha sido secuestrado, y si Rachel no cumple con las reglas, el níño morirá, y su hija también. Rachel ya forma parte de La Cadena, un mecanismo que convierte a padres de familia en víctimas y a su vez en criminales, y que está haciendo a alguien muy rico en el proceso. Ella es una mujer corriente, pero en pocas horas los acontecimientos la llevarán hasta límites impensables y la obligarán a hacer algo terrible. Los creadores de La Cadena saben que unos padres harán todo lo que está en sus manos por sus hijos. Pero no contaban con cruzarse en el camino de una mujer decidida, valiente y superviviente como Rachel. Porque, si alguien puede romperla, esa es ella. Víctima. Superviviente. Culpable. Ya formas parte de La Cadena. El thriller que ha paralizado a 35 países.
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Una novela que parte de una premisa literaria magnífica, y que entretiene como pocas, pese a que el autor se quedó demasiado en la superficie de una historia que podría haber profundizado muchísimo más.
Elena sabe, de Claudia Piñeiro
Poco después de que Rita aparece muerta en la iglesia que suele frecuentar, la investigación se da por cerrada, y su madre es la única que no renuncia a esclarecer el crimen. Pero jaqueada por la enfermedad, es también la menos indicada para encabezar la búsqueda del asesino. Un penoso viaje de los suburbios a la Capital, una vieja deuda de gratitud, una conversación reveladora.
Una novela que desnuda los secretos de sus personajes y las facetas ocultas del autoritarismo y la hipocresía que conforman nuestra sociedad.
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No todas las novelas negras con madres protagonistas ofrecen personajes jóvenes y fuertes resueltos a lo que sea con tal de salvar, recuperar o proteger a sus niños. En Elena sabe, Claudia Piñeiro nos pone en la piel de una mujer mayor aquejada de Parkinson y cuya hija aparece asesinada. Ella no es inspectora de policía, ni joven ni fuerte, pero es una madre. Y a veces no hace falta más.
La madre, de Fiona Barton
Un escueto párrafo en el periódico anuncia el hallazgo de unos restos antiguos de un bebé en una zona en construcción de Londres. Muy pocos lectores siquiera le echarán un vistazo.
Para tres mujeres, sin embargo, la noticia es imposible de ignorar.
Para la primera, es el recuerdo de lo peor que le ha pasado en la vida.
Para la segunda, la peligrosa posibilidad de que su secreto más oculto sea revelado.
Para la tercera, la periodista Kate Waters, la primera pista en una carrera para descubrir la verdad.
Secretos guardados durante años, enterrados bajo tierra y en el fondo del corazón, saldrán a la luz para cambiar tres vidas para siempre.
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La muerte de un bebé da paso a una novela psicológica que trata temas como la maternidad, el amor y la pérdida y la relación entre una madre y su hija entre oscuros secretos.
Las madres, de Carmen Mola
La inspectora Elena Blanco atraviesa el depósito de la Grúa Municipal Mediodía II de Madrid hasta llegar a una vieja furgoneta que expele un olor putrefacto. Dentro está el cadáver de un hombre con un burdo costurón que asciende del pubis al abdomen. Los primeros resultados de la autopsia aclaran que a este toxicómano le arrancaron algunos órganos y en su lugar colocaron un feto. Los análisis de ADN revelan que se trata de su hijo biológico. A los pocos días, aparece en la zona portuaria de A Coruña el cuerpo de un asesor fiscal que ha sido asesinado con el mismo modus operandi. ¿Qué relación existe entre ambas víctimas? ¿Y dónde están las madres de los bebés? Se abre así la investigación del nuevo y perturbador caso de la Brigada de Análisis de Casos. Mientras la relación entre Elena y Zárate se hace cada vez más complicada, todos los indicios los acercarán a una misteriosa organización a la que nadie parece poder acercarse sin morir.
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Desde el principio de la trilogía de Elena Blanco, sabemos que su protagonista es madre, pero una madre con un terrible dolor, pues su hijo desapareció y ella ha tenido que aprender a seguir adelante sin él. Lo que parece un mero elemento más de la vida de esta mujer se convierte, novela a novela, en el eje vertebrador de todas sus historias. La maternidad de Elena Blanco va mucho más allá de un recuerdo o un trauma, y su vida profesional como inspectora y su vida personal como madre se verán más unidas de lo que ella misma esperaba. Tenéis aquí la reseña de La novia gitana, la reseña de La red púrpura y la reseña de La nena
La noche de plata, de Elia Barceló
Viena 1993. Una niña desaparece en un mercadillo de Navidad
Viena 2020. La policía encuentra un esqueleto infantil en el jardín de una casa de las afueras.
Carola Rey Rojo, especialista en secuestros y homicidios infantiles, y madre de la niña desaparecida veintisiete años atrás, ahora en excedencia de la policía española, vuelve a Viena con el encargo amistoso de deshacer la biblioteca de un marchante de arte recientemente fallecido.
Junto con su amigo y colega, el inspector-jefe Wolt Almann, se verá envuelta en una trama que pondrá en evidencia que nadie es lo que parece y que uno nunca acaba de conocer a los demás, ni siquiera a sí mismo.
Lo que parecía un cold case se complica cuando, ahora que todo parecía casi definitivamente superado, otra niña desaparece en el mercadito de Navidad de la ciudad imperial de Viena, la esplendorosa ciudad de la música y el arte que oculta tras las fachadas de sus bellas casas los más oscuros secretos.
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Una novela para disfrutar del bellísimo estilo literario de Elia Barceló mientras recorremos las calles de Viena como si estuviéramos allí.
Reino de fieras, de Gin Phillips
Lincoln es un buen niño. Con cuatro años es curioso, inteligente y bien educado.
Hace lo que su madre le dice y sigue las normas.
«Hoy las reglas son distintas.
Y las reglas dicen que nos escondamos
y no permitamos que el hombre del arma
nos encuentre.»
Cuando un día feliz en el zoo se convierte en una pesadilla y Joan se ve atrapada con su hijo, deberá hacer acopio de todas sus fuerzas y encontrar el coraje para protegerlo a cualquier precio; incluso si eso significa cruzar la línea entre el bien y el mal, entre la humanidad y el instinto animal. Una línea que nadie imaginaría nunca traspasar.
Pero, a veces, las normas son diferentes.
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Esta novela nos coloca en una situación que, localización aparte, resulta demasiado familiar en Estados Unidos. Una madre y su hijo están en el zoo cuando un hombre armado comienza a disparar. Y a partir de ahí exploramos a los humanos en situaciones límite en las que las personas también pueden convertirse en bestias.
Secretos ocultos, de Michael Robotham
Agatha está embarazada, trabaja a tiempo parcial como reponedora en una tienda de alimentación de los suburbios de Londres, contando los días para que su bebé nazca. Sus turnos de trabajo parecen interminables, lo que hace que cada día aumente más su frustración profesional. Agatha anhela una vida como la de Meghan, una elegante y moderna clienta que la deja totalmente deslumbrada. Meghan lo tiene todo: dos hijos perfectos, un esposo maravilloso, un matrimonio feliz, un grupo de amigas y además escribe artículos en un popular blog sobre temas de maternidad, artículos que Agatha lee con devoción cada noche mientras espera a su cada vez más ausente pareja, el padre del bebé que está esperando.
Cuando Agatha se entera de que Meghan está embarazada de nuevo y que sus fechas de parto coinciden, se arma de valor para hablar con ella, emocionada porque por fin tienen algo en común. Meghan está a punto de descubrir que ese pequeño y poco importante rato que ha compartido con una empleada de una tienda de alimentación está a punto de cambiar para siempre el curso de lo que hasta ese momento era una vida perfecta.
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Esta novela me enganchó muchísimo más de lo que me esperaba. Y si queréis saber por qué, aquí tenéis la reseña: Secretos ocultos, de Michael Robotham, con toda la información.
Sé que volverás, de Mary Higgins Clark
A pesar de que no posea ningún indicio de que su hijo continúe con vida, Zan Moreland sigue convencida de que logrará encontrarlo. Han transcurrido dos años de angustia y de búsqueda obstinada desde que alguien raptara a Matthew, a pleno día y en un sitio tan concurrido como Central Park, pero la investigación no ha avanzado lo más mínimo.
Cuando se aproxima la fecha del quinto cumpleaños del niño, las fuerzas de Zan comienzan a flaquear y justo en ese momento salen a la luz unas fotografías del instante en que secuestraron a Matthew. Zan mira desconcertada esas imágenes en las que aparece una mujer idéntica a ella llevándose a su hijo. ¿Estará perdiendo el juicio?
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Con la maestría de Mary Higgins Clark nos metemos en la piel de una mujer cuyo hijo desapareció unos años antes y ahora, de repente, nuevas pruebas hacen que se replantee todo lo que sabía hasta el momento.
Los protagonistas de las novelas negras suelen ser personas fuertes, que han sufrido algún trauma (casi siempre) y que luchan por la justicia en un mundo que les da la espalda.
Si nos lo planteamos desde ese punto de vista, pocas personas hay en el mundo más fuertes que una madre que lucha por criar a sus hijos en este mundo de mierda (con perdón), pocos traumas más duros que perderlo, que te lo arrebaten o lo asesinen, y poca justicia más necesaria que encontrar al culpable.
Así que, aunque han sido ignoradas a lo largo de la historia de la literatura y convertidas en secundarias, como tantos papeles femeninos, las novelas negras con madres protagonistas han venido para reivindicar el papel de las mujeres a las que debemos la vida.
Ya sabes, dale las gracias a tu madre si sabes que sería capaz de enfrentarse a los peores asesinos por ti.
¿Qué novelas negras con madres protagonistas has leído? ¿Cuál es tu favorita?
Un abrazo, y felices lecturas. ¡Y feliz día, mamá!
2 Comentarios
Hola Arantxa,
Muy buenas recomendaciones nos dejas en esta gran entrada. De hecho, la primera de todas, “La Cadena”, me ha dejado muy enganchado (nunca mejor dicho) porque me parece un planteamiento muy original. Con la de Mary Higgins Clark quizás pudiera “reconciliarme” con la autora porque la única novela que he leído suya, “No puedo olvidar tu rostro”, no me gustó absolutamente nada.
Un abrazo!
Muchas gracias, Antonio. Me alegro de que te hayan gustado las recomendaciones, y espero que le des una oportunidad a la de Higgins Clark. Y si no te gusta, ya sabes que esa autora y tú no sois compatibles jjjjj
¡Un abrazo!