Si eres habitual de este blog, ya sabrás que en muchas ocasiones hemos hablado de que la novela negra se caracteriza por explorar temas como el crimen, la corrupción, la violencia y la justicia. Y es que la novela negra no solo es un género de entretenimiento, sino también un medio para reflexionar sobre la sociedad.
Los autores de novela negra solemos reflejar en nuestras obras las preocupaciones y problemas de la sociedad en la que vivimos. Igual que otros géneros literarios sirven para aislarse del mundo real, para viajar a otros mundos o para estudiar el pasado del nuestro, la novela negra nos muestra el presente y, de ese modo, se convierte en un espejo que podemos estudiar a posteriori para comprobar cómo hemos avanzado, o no.
La Novela negra en la Guerra Fría
Aunque sabemos que la novela negra es muy anterior a esta época, pues se suele decir que la primera novela policíaca de la historia es Los crímenes de la calle Morgue, de Edgar Allan Poe, publicada en 1841, también es cierto que fue en los años 20 y 30 del pasado siglo cuando este género ganó la fama que no lo ha abandonado hasta entonces y cuando salieron los grandes autores a los que seguimos alabando aún hoy.
Fue poco después de esa época, cuando el mundo se encontró en mitad de la guerra fría, un tiempo de miedo internacional a una guerra nuclear, de facciones enfrentadas y grandes historias de espías. Fueron años en los que el comunismo y el anticomunismo amenazaron con acabar con el mundo en su lucha sin tregua y en los que el macartismo llevó a la población mundial a sospechar unos de otros.
En estos años surgieron aquellos primeros detectives de gabardina, cigarro y cinismo, veteranos de la primera guerra mundial o luchadores de la segunda, que se enfrentaban a un mundo en el que no había ya lugar para la esperanza y en el que las desigualdades sociales hacían mella en la vida de los ciudadanos.
Un ejemplo de esto fue la novela La llave de cristal (1933), de Dashiell Hammett, en la que el detective privado Sam Spade debe investigar la muerte de una mujer vinculada a una red de espías comunistas.
Otra novela negra importante de la Guerra Fría es El sueño eterno (1939), de Raymond Chandler. Esta novela narra la investigación del otro gran detective privado de la literatura, Philip Marlowe, sobre la muerte de un empresario, relacionada con una conspiración para sabotear un proyecto de defensa nacional.
Estas novelas negras reflejan las preocupaciones de la sociedad estadounidense de la época sobre el comunismo y la amenaza soviética, y reafirmaban la paranoia tan extendida por aquel entonces de que no podías ni debías fiarte de nadie y que hasta tu vecino más agradable podía ser un espía comunista.
Novelas negras de la década de 1970
La década de 1970 estuvo marcada por una serie de cambios sociales y políticos significativos en Estados Unidos, que se reflejaron en la novela negra de la época, como la guerra de Vietnam, el movimiento hippy, las revueltas sociales y una nueva época que nacía para dejar atrás el idealismo anterior. En general, las novelas negras de los años setenta muestran las preocupaciones de la sociedad estadounidense ante la corrupción, la violencia y la pérdida de privacidad.
Fue esta una época de desilusión tras el fracaso de las ilusiones de paz y amor, y la guerra de Vietnam fue el espejo perfecto en el que reflejar a nuestros protagonistas. Muchos de los detectives habían combatido en el frente y lucían las cicatrices físicas, pero sobre todo psicológicas, de la experiencia. Si en los años cincuenta, todos los detectives le daban a la botella, lo que entonces era una afición se convirtió ahora en una enfermedad, en puro alcoholismo, en drogadicción. Las únicas vías de escape que habían encontrado para huir ya no funcionaban y se mostraban como una carga más con la que lidiar. El sexo es sucio y el amor no existe, los que arriesgaron la vida regresaron a un mundo que no se lo agradeció. Como siempre, el dinero y el poder era lo único que importaba.
Un ejemplo de esto es El padrino (1969), de Mario Puzo, de la que ya hablé en el artículo sobre novelas de mafiosos. Esta novela narra la historia de una familia mafiosa italiana en el Nueva York de la época y refleja la vida de estas organizaciones y su infiltración en la sociedad.
Novelas negras actuales
La novela negra actual sigue reflejando los cambios sociales y políticos que se producen en la sociedad.
Si las épocas anteriores tenían elementos claramente definitorios, en la actualidad encontramos un batiburrillo de elementos ante los que podemos protestar mediante la literatura: las desigualdades sociales, la violencia de género, el acoso sexual, el feminismo, el ecologismo…
El detective ya ni siquiera tiene que ser tal cosa para adentrarse en el oscuro mundo del crimen; los niños ya no quieren ser policías. Ahora tenemos investigadores aficionados o que adoptan ese papel por casualidad o resignación ante el silencio de unas instituciones que los han abandonado. Nuestros protagonistas son, cada vez más, personas como tú y como yo, con los que el lector puede identificarse, que se mueven en nuestros mismos ambientes y protestan contra un mundo fácilmente reconocible por todos.
Conclusiones
En definitiva, la novela negra es un género que siempre ha estado muy relacionado con la realidad social, ha reflejado las preocupaciones y problemas de la sociedad a lo largo de la historia, desde la Guerra Fría hasta la actualidad y lo seguirá haciendo mientras exista.
La novela negra es un género que nos ayuda a entender el mundo que nos rodea, nos ayuda a reflexionar sobre los problemas de la sociedad y a buscar soluciones.
¿Qué opinas tú sobre este papel de la novela negra en la sociedad? ¿Te parece bien que se utilice como un arma reivindicativa o prefieres ceñirte a un papel de entretenimiento? ¿Has leído alguna novela negra que te haya hecho plantearte temas sobre los que no habían pensado antes? ¿Cuál fue?
Un abrazo y felices lecturas.