Arantxa Rufo: «La novela negra es un género ideal para aislarse del mundo sin ir demasiado lejos»

Si quieres conocer mejor a la autora de En el punto de mira, Zed está muerto y Sangre en las manos, estás de suerte, porque en este post le hago una entrevista a Arantxa Rufo.

Hablamos de la novela negra en general y de su obra en particular, entre otras cosas.

Sin más dilación, te dejo con la entrevista.

Para romper el hielo…

Eras una lectora voraz de niña. ¿En qué momento te diste cuenta de que querías pasarte a la escritura?

Lo cierto es que no puedo recordar una fecha concreta en que tuviera esa sensación. Imaginar historias formaba parte de mí desde el principio, por lo que supongo que era cuestión de tiempo que cogiera un bolígrafo y las plasmara en papel. Tenía 8 ó 9 años cuando escribí mi primer cuento, pero no tengo la sensación de que fuera una decisión tomada a conciencia, sino, como digo, algo inevitable.

La novela negra es uno de los géneros más populares de la literatura, y lo ha sido ya por bastante tiempo. ¿A qué dirías que se debe su éxito?

Me parece que la novela negra cuenta con varios elementos a su favor respecto a otros géneros. Por un lado, refleja la realidad de un modo bastante fiel, pues se adentra en ese lado oscuro que todos sabemos que existe pero al que no nos hemos enfrentado de cara: asesinatos, secuestros, corrupción, delincuencia… Hace que el lector viva una vida que sabe que existe pero que, afortunadamente, no se parece a la suya.

También cuenta con esos elementos de misterio: resolver el crimen, descubrir al culpable o, simplemente, averiguar qué va a ocurrir a continuación, que hacen que el lector no quiera dejar de leer hasta responder a todas las preguntas.

En definitiva, creo que es un género ideal para aislarse del mundo sin ir demasiado lejos.

Cuando dejas descansar al bolígrafo o al teclado, ¿qué te gusta hacer para desconectar?

Lo primero es leer, por supuesto, aunque no sé si a eso se le puede llamar «desconectar».

En aficiones no relacionadas con la literatura, me gusta muchísimo el cine y la música, pero creo que con lo que más desconecto es con los videojuegos. Si no tengo un bolígrafo o un libro en las manos, tengo el mando de la consola. Es una herramienta fabulosa para dejar la mente en blanco.

Escritura

¿Qué escenas te parecen más fáciles de escribir? ¿Y las más difíciles?

Esa es una pregunta difícil. Depende más de mi situación en el momento concreto de escribirlas que del tipo de escena en sí. A veces me concentro a la perfección en una escena en la que parece que no sucede nada y otras veces es en una de pura acción cuando logro conectar con el texto.

Dicen que las novelas no se terminan, sino que se abandonan. ¿En qué momento sabes que una novela está lista para ser «abandonada»?

Cuando ya no la soporto más. Sé que suena horrible, pero siempre llega un momento en el que siento que no puedo leerla una vez más o acabaré quemando el ordenador. Me doy cuenta de que ya ni siquiera leo las palabras, no veo los posibles errores y estoy tan harta de las frases que dudo de cada una de ellas. Ese es el momento. Hasta aquí. Hora de pasar a otra cosa.

¿Qué es lo más interesante que has aprendido desde que iniciaste tu carrera como escritora?

Lo cierto es que esta es una carrera en la que te pasas el día aprendiendo cosas nuevas. Desde todos los pasos que hay que dar desde que escribes el borrador hasta que tienes el libro impreso en las manos (que jamás imaginé que fueran tantos a tantos niveles) hasta publicidad, técnicas de escritura, reglas… Escribir es vivir en constante aprendizaje.

Tu obra

En el punto de mira tiene un poco de todo: intriga, acción, amor, misterio… ¿Fue una decisión deliberada el incluir todos esos géneros en una misma historia, o fue algo que surgió de forma natural?

No, en esa historia no hay casi nada deliberado. Al ser mi primera novela, fue un compendio de prueba y error, de improvisaciones, de dejarme llevar por los personajes sin saber hacia dónde íbamos. Creo que al final encajó todo bastante bien, pero me llevó mucho tiempo cerrarla de manera que nada sobresaliera demasiado por encima de lo demás.

¿Cómo surgió la idea para Zed está muerto?

Ojalá supiera decírtelo. Un personaje de una película que me llamó la atención, una escena de una serie que se me quedó en la cabeza y algo que leí… Se mezcla todo y a ver qué surge. El proceso por el que cualquier cosa se acaba transformando en el germen de una novela es un misterio para mí. Cuando me ocurre, no puedo hacer otra cosa que aferrarme a ello y ponerme a escribir, porque no tengo ni idea de qué es lo que lo provoca, y no sé cuándo me ocurrirá de nuevo.

Estás a punto de publicar tu tercera novela, Sangre en las manos, la continuación de En el punto de mira, anhelada por tus lectores. ¿Sientes algún tipo de presión adicional por tener que satisfacer unas expectativas, o es como publicar cualquier otra novela?

¡Muchísimo! Más de lo que me esperaba. En el punto de mira recibió tan buena acogida por parte de los lectores y tan buenas críticas, que ahora siento que tengo que estar a la altura de lo que esperan de esta continuación. Y es aterrador.

Para ir terminando…

¿Qué estás leyendo ahora?

Ahora mismo, 1793, de Niklas Natt och Dag (he tenido que confirmar cómo demonios se escribe el nombre). Es una maravilla. Llevo casi la mitad y ya supe que me engancharía desde la página dos. El ritmo, el lenguaje y, por supuesto, la historia. Aun sin terminarla, la recomiendo.

¿Dónde pueden encontrarte tus lectores?

En todas partes. Estoy en Facebook, Twitter e Instagram, y también en mi propia web: www.arantxarufo.com. Espero su visita. Siempre es un honor hablar con los lectores.

¿Nos puedes adelantar algo de tu próximo proyecto?

No. De momento estoy volcada en la publicación de Sangre en las manos, y aunque ya estoy preparando lo siguiente, todavía no puedo decir ni una palabra al respecto. Tendremos que esperar todos un poco más.