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Booktag verano 2022: 17 lecturas y 2 publicaciones

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¡Ya llega el otoño!

Lo siento si soy demasiado efusiva, es que me encanta esta estación del año, y ver al verano despedirse, con su calor y su sol, siempre me alegra el día. ¿Cuál es vuestra estación favorita?

Es que estos meses no dan ganas de nada, seamos sinceros. Así no hay quien trabaje y, por eso, me lo suelo tomar con calma en publicaciones y actividades.

Además, y esto es por cuestiones personales, ni siquiera tengo tanto tiempo para leer como me gustaría.

En fin, un desastre.

Pero con el final de la estación, llega repasar todas mis lecturas de estos meses.

¿Les echamos un vistazo?

El blog en verano

Como es habitual, con la llegada de estas fechas el blog se va de vacaciones y la periodicidad de publicaciones se reduce.

Por eso, en estos tres meses solo he publicado:

Lecturas de verano 2022

El último coyote (Harry Bosch 04), de Michael Connelly

Me he encontrado en El último coyote con la mejor entrega de la saga de Harry Bosch hasta el momento, y mira que esta saga me tiene enganchadísima.

En esta ocasión, el detective Bosch, de baja disciplinaria después de darle un puñetazo a ese superior al que todos hemos querido romper la cara en algún momento de la serie, aprovecha el tiempo libre para investigar ese asunto personal al que hasta ahora no había tenido valor para enfrentarse: el asesinato de su madre.

Lo que parece un caso sencillo de asesinato de una prostituta acaba salpicando algunos de los nombres más importantes de la sociedad angelina, y Bosch no va a cruzarse de brazos por mucho que haya en juego.

Mi comentario, aquí.

Descubridla aquí.

La hija del optimista, de Eudora Welty

Esta novela corta me dejó un regusto agridulce. Es cierto que está muy bien escrita, el estilo de Eudora Welty es intimista, delicado y sencillo, y su reflejo de la sociedad del sur de Estados Unidos a mediados de siglo adquiere una profundidad que no se alcanzaría mediante el retrato de grandes hazañas, sino en los rincones pequeños de las familias y los hogares.

Y ese fue, supongo, mi problema, que el retrato se limita tanto a eso, una familia en la que muere el padre, que no hay nada más, no pasa nada más, alguna vieja rencilla, algún personaje histriónico, pero me quedé con la sensación de que no me estaba contando nada. Quizá sea mi escaso interés voyeur, que las vidas normales de las personas normales no me suelen interesar por muy magníficamente escritas que estén.

Pero eso es cosa mía.

Mi comentario, aquí.

Encuéntrala aquí.

El fin del imperio (La interdependencia, 01), de John Scalzi

Una vez más, igual que me ocurrió con la saga de Imperial Radch, que se alzó como uno de mis TOP 5 del año, vuelvo a empezar una novela de ciencia ficción sin demasiadas ganas y vuelvo a engancharme a su historia y sus personajes.

El fin del imperio habla de un imperio que se acaba, de un emperador que muere y una sucesora, su hija, que ve como los hilos que han sustentado la existencia del mundo amenazan con romperse, las sociedades se sublevan y las grandes casas familiares urden sus propias tramas de poder. Una novela magnífica.

Mi comentario, aquí.

Encuéntrala aquí.

Progenie (Camino Vargas 01), de Susana Martín Gijón

Susana Martín Gijón comienza su saga sobre la inspectora Camino Vargas con una novela altamente entretenida que peca de querer tocar demasiados temas al mismo tiempo.

Progenie narra la investigación sobre una serie de asesinatos de mujeres embarazadas en la ciudad de Sevilla, y es una historia que me recordó muchísimo a la trilogía de Elena Blanco, de Carmen Mola, tanto por el enfoque como por el desarrollo y, sobre todo, sus personajes. Y, como aquella, esta funciona a la hora de no permitir que dejes de leer.

Lo único malo, aparte de algunos errores de edición, es esa insistencia en querer utilizar la novela como caballo en demasiadas batallas. Trata el feminismo, el machismo, la maternidad, el aborto, la violencia de género, la homosexualidad… Todo con un enfoque moralizante que, pese a estar de acuerdo en lo que dice, me resultó muy pesado.

Mi comentario, aquí.

Consíguela aquí.

El juego de las horas, de David Baldacci

Los que seguís el blog ya sabéis que soy bastante aficionada a las novelas de David Baldacci, reseñé la saga completa de Will Robie e incluso lo presenté en la lista de MIS (han pasado años y sigo teniendo que ponerlo en mayúscula porque hay gente que no se entera de que son MIS) 20 mejores escritores de novela negra.

Pues bien, con gran dolor de mi corazón, me estoy planteando eliminarlo de dicha lista, porque El juego de las horas es un auténtico despropósito.

La idea es buena, un asesino en serie que se dedica a imitar a los asesinos en serie más famosos de la historia: Ted Bundy, John Wayne Gacy, Zodiac… Por desgracia, el resto no está a la altura. Los protagonistas son terriblemente planos, por no decir que ella es el sueño húmedo de un adolescente; todas las escenas del asesino son una barbaridad de sinsentidos y la última parte, el clímax final, es de sangrar los ojos. Una locura, una auténtica locura todo.

Mi comentario, aquí.

Consíguela aquí, porque, en realidad, la jodía tiene buena puntuación.

Jane Eyre, de Charlotte Brönte

Esperaba que con esta novela me ocurriera algo parecido a lo que sentí con Orgullo y prejuicio y me confirmara en mis 5 motivos por los que leer clásicos. Pero no. Más bien ha sido como Emma, pero peor. El principio me pareció muy flojo y el final es un sinsentido con su correspondiente deus ex machina para asegurarnos un final feliz acorde a los cánones sociales y morales con los que te machaca en toda la última parte. O sea, que lo único que me gustó fue la parte central, la relación de amistad de Jane y el señor Rochester y los misterios de la casa. Poco más.

Mi comentario, aquí.

Consíguela aquí, porque hay que leer clásicos

Nada que perder (Jack Reacher 12), de Lee Child

Reacher, que siempre ha sido un tipo que solo quiere que lo dejen en paz, se convierte de la noche a la mañana en un buscabroncas que decide liarse a tortas con todo el que lo mire mal.

No me gustó este cambio de enfoque en el protagonista, pero sí admito que el resto de Nada que perder es puro Reacher, acción y un héroe contra los grandes villanos. Y estos villanos son de los que enganchan, aunque sea porque no terminas de entender qué pasa con ellos.

Mi comentario, aquí.

Consíguela aquí

Kalmann, de Joachim B. Schmidt

Una novela diferente a las demás, ya solo desde que conoces a su protagonista. Kalmann es un hombre con un trastorno del espectro autista al que tratan como “el tonto del pueblo”. Y en este pueblo se produce una desaparición y es Kalmann quien encuentra un charco de sangre sospechoso. A partir de ahí, convertido en el autoproclamado sheriff, Kalmann se involucra en la investigación policial y nos presenta, desde su particular punto de vista, a los vecinos, sus historias, pasado y presente, y nos lleva a reflexionar sobre la soledad, el amor, la amistad, la familia.

Suena triste, pero, en realidad, Kalmann es una novela escrita con una profunda belleza.

Mi comentario, aquí.

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Un territorio oscuro (Karen Pirie 02), de Val McDermid

Llevaba varias lecturas de Val McDermid intentando entender por qué me la habían recomendado tanto y, aunque veía el interés en las historias, no terminaba de engancharme a ninguna; con Un territorio oscuro, al fin, lo conseguí.

En esta novela seguimos la investigación de dos casos ocurridos en los años ochenta. Por un lado, una periodista sigue el rastro del nieto de un multimillonario escocés, secuestrado junto con su madre, que falleció dramáticamente en el pago a los secuestradores. Ni de estos ni del niño se volvió a saber nada y solo ahora, de repente, han aparecido nuevas pistas.

Por otro, la inspectora Pirie se ocupa de la desaparición de un minero en plena época de huelgas del sector. La familia siempre creyó que se había ido de la ciudad con un grupo de esquiroles, pero parece que esto no es así, y de descubrir la verdad puede depender la vida del nieto de ese hombre.

Dos tramas interesantes que la autora nos cuenta de forma entrelazada y mezclando capítulos en presente con flashback muy bien introducidos. Quizá sobren algunas páginas a esta historia que se deleita demasiado en algunos detalles, pero no puedo negar que a mí me enganchó.

Mi comentario, aquí.

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Lobos –o El susurrador- (Mila Vasquez 1), de Donato Carrisi

Pues me ha encantado el primer acercamiento a la obra de Donato Carrisi. Lobos no es una novela perfecta, pero me ha hecho disfrutar muchísimo de la lectura, y eso que, al mismo tiempo, me ha hecho pasar algunas escenas verdaderamente escabrosas.

Y es que no se puede relatar la historia de unas niñas secuestradas, torturadas y asesinadas sin hacer que el lector lo pase mal.

Me ha gustado mucho la ambientación y los personajes, no tanto los giros, que en ocasiones eran una locura, ni el final, que se aturulla demasiado. Pero la experiencia en sí es más que satisfactoria.

Continuaré con la saga de Mila Vasquez.

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Leviatán, de Paul Auster

Partamos de la base de que leer a Auster siempre es un placer; tiene una maestría con las letras, una manera de expresarse, que parece sencilla, casi improvisada, pero no lo es, que te arrastra de página en página sin que te des ni cuenta.

Sin embargo, también es cierto que algunas de sus historias no están a la altura, el contenido no iguala al continente, y es lo que me ha ocurrido con Leviatán.

Esta novela corta narra la historia de un hombre fallecido en extrañas circunstancias, desde el punto de vista de su mejor amigo, y con él conocemos a ese extravagante personaje y a sus amigos y aventuras por Nueva York.

La primera mitad es magnífica. Así, a secas, magnífica. La segunda, por desgracia, comienza a desvariar, la historia pierde sentido y se ensucia con giros extraños y demasiadas casualidades.

Por suerte, como digo, es una novela corta, porque si esta segunda mitad hubiera sido más larga, se habría cargado por completo la buena impresión obtenida en la primera.

Aun así, no lo olvides, leer a Auster siempre es un placer. Y en Leviatán, también.

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Behemoth (Leviathan 2), de Scott Westerfeld

Si la primera parte de esta saga, Leviathan, me encantó y, no solo eso, la incluí como Libro que te ha hecho feliz en mi reto de lecturas de 2019, su continuación está cerca de ocupar el mismo puesto en el reto del 22. Behemoth continúa la historia de Deryn, una soldado raso que se disfraza de hombre para poder trabajar a bordo de la nave Leviathan, y Alek, el príncipe perdido del Imperio austrohúngaro a comienzos de una Primera Guerra Mundial distópica y steampunk. Una novela de aventuras, juvenil y enormemente entretenida que, sí, me ha hecho feliz.

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La memoria del hielo, de Susana Rizo

Y vuelvo a mencionar el reto de lecturas de 2022, porque La memoria del hielo, de Susana Rizo, va a aparecer en él por partida doble si nada cambia de aquí a diciembre. Porque esta novela me ha tocado el corazoncito.

Una novela que se vende como algo pequeño, pocas páginas, pocos personajes, pocas localizaciones, y que abarca lo más grande del ser humano, el amor, la soledad, el miedo… Un hombre y una mujer se encuentran por casualidad en la noche eterna siberiana de Norilsk y allí, entre la terrible historia del pasado de él y el triste abandono del presente de ella, aprenderán a liberar a sus respectivos fantasmas.

Muy, muy recomendable.

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La máquina del tiempo, de H.G. Wells

Vámonos de clásicos. ¡Y qué clásico!

La máquina del tiempo me ha gustado mucho más de lo que esperaba, y eso que, más que una novela, se trata de un relato corto de un puñado de páginas, que ya sabéis que no suelen hacerme demasiada gracia. Pero este… Este sí.

Poco tengo que contaros sobre la historia que no sepáis ya, solo que apenas tiene nada que ver con la película de los años 60, que se extendió y retorció y dio explicaciones que la novela deja al gusto del lector.

Magnífico relato en primera persona que te sitúa en la piel del protagonista y transmite su ansiedad, su miedo, su frustración y angustia ante un futuro que no entiende.

Magnífico.

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En lo más profundo de la meseta solitaria (Neal Carey 3), de Don Winslow

Ahora que he terminado los tres libros de esta saga que se han publicado en español, me pregunto: ¿qué podemos esperar de la saga de Neal Carey? Podemos esperar historias entretenidas con un protagonista diferente a todos los que hayas leído y algunas tramas demasiado rocambolescas para mi gusto.

¿Qué no vamos a encontrar? La calidad habitual en las obras de Don Winslow. La saga de Neal Carey se queda muy por debajo del resto de novelas del autor, no muestra esa profundidad, esos villanos inolvidables, esas tramas complejas y bien elaboradas ni, desde luego, ese estilo literario que lo ha aupado a la cumbre de los escritores actuales. Tampoco podemos esperar un héroe de acción digno de grandes halagos. Neal Carey es flojito, muy flojito, simpático y con un sentido del humor que me encanta, pero poco más.

Eso sí, como digo, es una saga de novelas muy entretenidas, y eso no es poco decir. Si no esperas más de ellas y eres capaz de separarlas del resto de la obra de Winslow, te las recomiendo fervientemente.

Mi comentario, aquí.

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Odessa, de Frederick Forsyth

El maestro de las novelas de espionaje me enganchó con esta historia en la que un alemán, veinte años después del fin de la era nazi, se embarca en la búsqueda del director de un campo de concentración, fugitivo de la justicia, al tiempo que intenta comprender qué ocurrió en una época de la que no se quiere hablar.

Algún giro magnífico, buenos personajes, acción y ritmo. Forsyth en estado puro.

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Nos crecen los enanos, de César Pérez Gellida

Qué puedo decir de Pérez Gellida, siempre es un placer. Tras el reposo de Astillas en la piel, el vallisoletano vuelve a ese estilo que maneja como nadie: un ritmo arrollador, unos giros que te zarandean como a los títeres del circo que se ha montado y un villano que, madre mía. Madre mía.

Mi comentario, aquí.

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Mis libros

Sigo agradeciendo los comentarios que mis novelas todavía generan entre los lectores, tanto En el punto de mira como Sangre en las manos y Zed está muerto. ¡Muchísimas gracias a todos! Me siento muy halagada de que, tanto tiempo después de su publicación, aún os interesen. ¡Seguid leyendo!

Comentarios de Zed está muerto: Amazon. Goodreads

Comentarios de En el punto de mira: Amazon. Goodreads.

Comentarios de Sangre en las manos: Amazon. Goodreads.

Recuerda que:

Actividades

Comenzó el verano con la invitación de la escritora Rachel Ripley para participar en una entrevista en directo en Instagram hablando de los personajes de mis odas a los asesinos literarios: Max Cady, Grenouille, Moriarty, Annie Wilkes, Hannibal Lecter y Patrick Bateman.

Os aconsejo que sigáis a Rachel en sus redes sociales, vale mucho la pena, y también esta charla que sacó lo peor de nuestras psicopatías.

 

Y esto es todo, amigos. Al menos, respecto al verano del 2022. Veremos qué nos trae el otoño.

Y vosotros, ¿qué habéis leído en vuestro verano?

Felices lecturas, y hasta pronto

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