Hoy voy a serte totalmente sincera. No es que no suela serlo, entiéndeme, pero hoy es uno de esos días en los que te voy a contar las cosas tal y como son, sin maquillaje.
Publicar o autopublicar.
Hay una pregunta que me han hecho en el 100% de las entrevistas realizadas hasta la fecha: ¿Por qué te decidiste por la autopublicación? Y cada vez que me la hacen yo imagino la puerta de mi casa y una cola de representantes de las grandes editoriales ofreciéndome cheques en blanco y vacaciones en Las Bahamas. Planeta, Random House, Plaza & Janés, Alianza, Roca, Alrevés, Salamandra… Todas ellas peleándose por mí.
—Por favor, por favor, publica conmigo.
—No, yo te ofrezco más.
—No hagas caso a ese, que es de los nuevos, vente con nosotros…
Y yo, lejana y fría desde el interior de mi casa, me llevo el dorso de la mano a la frente y con gesto afectado, aparto la mirada y digo:
—No. He decidido autopublicar. No quiero vuestras promesas ni los millones de lectores a los que llegaría. Ni tampoco a vuestro equipo de profesionales. Yo me lo guiso y yo me lo como. Porque yo lo valgo
Me parto.
La realidad
La realidad no es esa, obviamente. La realidad es que cuando publiqué mi primera novela no me conocía ni el Tato, llevaba dos meses en Twitter y ni siquiera mi madre sabía que estaba escribiendo un libro.
Cuando envié el manuscrito a la empresa que iba a realizar un informe de lectura para decirme si estaba bien o era una bazofia, me respondieron con unas palabras maravillosas que me instaban a publicarlo sobre la marcha, pero también me dejaron clara una cosa: que, para alguien en mi situación, aspirar a una editorial era misión imposible y, sobre todo, una pérdida de tiempo. Esa fue la parte que me tocó la fibra. ¿Os he dicho que no tengo paciencia?
Me dijeron, y me han corroborado después muchas personas a las que he conocido en el mundillo, que las editoriales en la actualidad ni siquiera se molestan en leer un manuscrito a no ser que el autor venga acompañado de varios miles de seguidores en las redes sociales. Compradores potenciales, fans y gente dispuesta a gastarse su dinero en lo que hayas hecho. Por si te lo estás preguntando, no, tu madre y tus colegas no cuentan.
Por eso me decidí a autopublicar En el punto de mira. No tenía tiempo ni ganas ni esperanzas para pasar meses llamando a puertas de editoriales que ni siquiera se molestarían en abrir el archivo antes de enviar una negativa, si es que se molestaban si quiera en enviar esa negativa. Que el silencio habla alto y claro.
Resultado
Autopubliqué. Me volví loca para aprender a maquetar, a editar, a imprimir, a diseñar una portada… Me volví loca, en resumen, para hacer todas esas cosas que una editorial habría hecho por mí.
Autopubliqué y lancé mi niño al mundo y comenzaron a llegar los comentarios y opiniones de los lectores. Y todos han sido buenos. Todos. Hasta ahora, claro, pero no podría estar más contenta.
Han pasado más de dos años, el libro se sigue vendiendo, con buenos números y buenas críticas; y me he venido arriba y he publicado una segunda novela, Zed está muerto, y una tercera, Sangre en las manos. Si comparo con lo que comentan otros autores, tanto en ventas como en valoraciones, sé que puedo estar muy orgullosa de lo que he conseguido, pero…
¿No queremos siempre más? Sí, no me mientas, siempre queremos más.
No es más dinero (o sí, ¡qué coño!), pero se trata sobre todo de esa realización personal, de que alguien grande apueste por ti. De decir “He publicado un libro” y no tener que aguantar esa mirada de lástima cuando te preguntan “¿Con qué editorial?” y tú respondes “Es autopublicado”. Todavía hay mucha gente para la que eso significa que el libro es malo y nadie apostó por ti.
Se equivocan, y no me refiero a mi caso, me refiero a tantos autores autopublicados que he conocido en este tiempo y cuyas obras no solo se merecerían el apoyo de grandes editoriales, sino que son infinitamente mejores que otras que ves en las mesas destacadas de las librerías y que…
¿Y ahora, qué?
En varias ocasiones (y todavía me cuesta creerlo) algunos lectores me han comparado con autores como César Pérez Gellida y Juan Gómez-Jurado, dos grandes grandísimos de la literatura actual en español. ¡Gellida y Gómez-Jurado! ¡Yo! ¡Soy la bomba! ¡Me merezco el Nobel, el Planeta, el Nadal! ¡Creen un premio solo para mí! Bueno, ya, volvamos a la Tierra. Ni soy tan buena como esos dos ni hago nada que no hagan otros miles de personas igual o mejor, pero cuando te dicen algo como eso, la espinita de la editorial se agita un poco en su herida. ¿Por qué no puedo aspirar a eso yo también?
Acabo de publicar mi tercera novela que, por ahora, está recibiendo críticas fabulosas, y mi cabeza ya anda enfrascada en la idea de una cuarta. Cuando eso ocurra, ¿qué hago? ¿Autopublico o intento enviársela a alguna editorial?
No es que las cosas hayan cambiado radicalmente. Mis seguidores en las redes no son como para montar una manifestación en la Puerta del sol, pero son muchos más que antes, y cuento con las ventas de En el punto de mira, Zed está muerto y Sangre en las manos, además de un montón de buenísimas reseñas y comentarios. ¿Servirá de algo todo esto si llamo a la puerta de una editorial?
Y si alguna se digna a abrir esa puerta, ¿me ofrecerá unas condiciones dignas o me tratará cual basurilla para rellenar estanterías? Parece una tontería, pero es importante, porque una editorial ofrece menos beneficios por unidad vendida que una novela autopublicada (por difícil que esto sea), y además las condiciones de pago son peores, y su única ventaja es la posibilidad de llegar a muchos más lectores. Pero para esto tienen que apoyarte, y si no lo hacen, quizá sea peor tenerlos que no.
¿Entonces? ¿Qué hago?
¡Pues respóndeme tú! ¿Qué te creías, que te he soltado este rollo solo para desahogarme? Quiero opiniones y consejos en los comentarios, ¿eh?
¡Hasta la semana que viene!
14 Comentarios
Lo que tienes que hacer es seguir escribiendo (y autopublicando) historias tan buenas como estas y la conversación del principio del artículo se hará realidad 😉
Tienes razón en lo de que si no publicas con editorial ya piensan que es porque no vales (yo hasta hace unos años también te hubiera dicho lo mismo). Pero creo que lo de tener el control de toda tu obra, no tiene precio. Si al final vas a tener que currarte tú misma el marketing y la promoción (sea o no sea con editorial), pues por lo menos que los beneficios sean todos para ti ¿no?
Un abrazo, compi.
¡Muchísimas gracias, Alex!
Tienes toda la razón. Al final, la promoción te la tienes que currar tú a no ser que seas uno de los grandes (pero grandes, grandes) así que es cierto que poca ventaja te ofrece una editorial, más allá de la distribución. Ahí, sí que sí.
Pero bueno, no creo que ninguno esperemos hacernos ricos con esto, por lo que aquí seguimos mientras se disfrute, y si un día me encuentro la cola de editores a la puerta de mi casa… ¡Me hago un selfie! jjjjjjj
Un abrazo y muchas gracias por tus palabras.
Solo los grandes críticos, y me refiero a esos que todo lo critican, no que entiendan , podrían decir algo malo de tus libros.
No encuentro ninguna diferencia con cualquier escritor que haya leído, por lo tanto, ¿por que una editorial no puede publicar uno de tus libros??. Ahora , eso si, el control que puedan ejercer sobre ti podría ser contraproducente, pero si es la manera de llegar al gran publico , y eso es lo que todos deseamos, a veces hay que tirarse a la piscina. Si sale mal, “Siempre nos quedara Paris”.
Muchas gracias, Rober.
Es verdad que hay gente que se queja de ese excesivo control que mencionas. Todo tiene su punto positivo y su punto negativo, y supongo que hay autores que se pueden permitir negociar lo que les interesa. Yo, de momento, sigo a mi bola hasta que alguien llame a mi puerta, y entonces ya discutiremos el asunto. Y si no, pues ¡a París!
Un abrazo enorme
Mi experiencia ha sido esta: He autopublicado mi primer libro Historias en un minuto, he vendido unos 200 libros físicos y una quincena de ebooks. Como estoy harto de tener que venderme, promocionarme, halagarme a mi mismo, he decidido regalar mi libro, de hecho está en freeditorial.com y resulta que ahí llevo 2079 descargas, qué curioso. De lo que deduzco que comprar un libro de un Novel no, pero si es Gratis, entonces me arriesgo…
En resumen, he escrito una novela, la han leído ocho personas diferentes y a todos les parece merecedora de ser publicada.
¿autopublicada?, será mi última opción, no por nada, es por una razón muy sencilla, no se puede comprar algo que no sabes que existe. Autopublicando no llegas a practicamente nadie, con editorial, aunque te exploten, podrás hacerte un huequito.
Voy a aporrear las puertas de las editoriales, y si me niegan en todas, entonces autopublicaré de nuevo con las orejas agachadas. creo que tengo talento, ni más ni menos que cualquiera, de hecho vender libros no depende de lo bueno que seas, sino de lo que inviertas en publicidad, ni te cuento la de bestsellers que he leído que son horribles, pero venden, porque están en las estanterias y el mío no, así de sencillo.
PD: un gran articulo. el debate está servido
Hola, Sergio. Muchas gracias por compartir tu experiencia.
No puedo estar más de acuerdo contigo en que “no se puede comprar algo que no sabes que existe”. Autopublicar tiene, en efecto, ese terrible lado negativo, toda la promo es tuya, y no es nada fácil. Yo reconozco que no se me da nada bien, pero poco a poco se va logrando, y aunque no sean grandes cifras, estoy contenta con los resultados de ventas de mi primera novela. A ver cómo se desarrolla la segunda.
Te deseo muchísima suerte en tu recorrido por editoriales, y espero que compartamos estantería alguna vez 😉
Un abrazo
Hola Arantxa. Yo con la tercera intentaría editorial, por lo de llegar a más público, y porque todavía hay gente que se piensa que todo lo autopublicado es malo y lo que va por editorial es bueno. Se la mandas a unas cuantas (también a concursos y agencias), te das un año, que tardan la eternidad en contestar, y si ves que nadie te contesta, la autopublicas. Mientras esperas, te pones con tu cuarta novela y sigues promocionándote con tu página y redes sociales. Pero tú ya estás haciendo lo fundamental, que es crearte tu público. Quien no haga eso, da igual que vaya con editorial, no va a tener una carrera literaria.
Yo estoy a punto de publicar con editorial (tardé un año en conseguir un sí, y no es una de las grandes). No sé cómo será la experiencia, de momento me ha ahorrado un montón de trabajo, y tienen distribución nacional en librerías y dentro de poco en Latinoamérica y Estados Unidos. Si veo que me funciona, que se vende bien, seguiré con ellos, si no, mi siguiente novela me la autopublicaré.
Un abrazo.
Hola, Carlos. Muchas gracias por tu comentario.
Admito que he pensado lo que dices, para el siguiente, hacerlo rodar por las editoriales a ver si alguna da señales de vida en base a lo que ya tengo publicado, pero también reconozco que una vez doy por terminada la novela, me muero de ganas de verla ya en la calle jjjjjjj No tengo paciencia.
Aun así, puede que me arme de valor e intente lo que comentas.
Muchas felicidades por tu próxima publicación, espero que te vaya muy bien y nos mantengas informados 😉
Un abrazo
Pues creo que si te va bien así, debes seguir así. Y que vaya el Diablo a tentarte a casa con cheques en blanco… perdió su oportunidad. Si con el primer libro ya has conseguido cierto público, con el segundo aumentará (cualquier película de catástrofes con virus describe el fenómeno del “crecimiento exponencial”, parece que es un éxito), de hecho yo no te conocía y ahora tengo curiosidad.
Y supongo que en este momento te suelto mi rollo (puedes cortar por esta línea): he publicado un libro de cuentos en amazon, y tengo otras dos novelas pendientes. Me he preguntado si esperar para presentarlas a algún concurso, que dicen que están amañados o, por otro lado, mandarla a una editorial, pero como mantienes, muchos comentan que las editoriales no hacen ni caso… Al final con tanta negativa previa, acabo intentando mirarme críticamente, por si lo que hago es en realidad tan solo basura (de los amigos no te puedes fiar, aunque creo que cuando no ves entusiasmo indescriptible, seguramente solo sea cortesía). ¿Qué queda entonces? Parece que la autopublicación es una especie de alternativa neutra a la publicación, sin partes positivas o negativas… pero tengo la impresión de tirar la toalla cuando lo hago. ¿Tuviste esa sensación cuando decidiste autopublicar?
Hola, Juan. Muchas gracias por tu comentario.
Es curioso, has relatado paso por paso todo mi proceso hasta decidirme por la autopublicación: la idea de presentarla a concursos, el envío o no a editoriales y la duda sobre la calidad real de la obra, para acabar, finalmente, decantándome por la autopublicación.
La única diferencia es que yo opté por enviar mi obra a una empresa que realizara una valoración profesional y objetiva sobre la misma; como dices, no te puedes fiar de amigos y familiares, así que quise una opinión real antes de dar el salto. Fue gracias a este informe que me decidí a hacerlo.
Sobre si sientes que has tirado la toalla, no te voy a engañar, en parte sí, pero cuando empiezas a recibir los comentarios de los lectores te das cuenta de que no, de que tirar la toalla habría sido dejar la novela en un cajón esperando esa llamada millonaria que nunca llegará.
Espero que mi recorrido te sirva de orientación. El único consejo, que busques opinión profesional para estar seguro de lo que haces. Y después, publica, que de un modo u otro lo que queremos todos es que alguien nos lea.
Un abrazo y muchas gracias de nuevo.
Gracias por tu respuesta.
Ya tengo en el kindle tu primer libro. Esta noche empezaré con él.
¿Podrías comentar que empresa te revisó tu primer libro? ¿lo has hecho también con el segundo? ¿Hacen una propuesta editorial?… ¿Es muy caro? (Cada vez que pienso en que una corrección de estilo y ortotipográfica puede pasar de los 1500€ lloro un poco)
No te deseo suerte, pero si justicia… bueno, un poco de suerte nunca viene mal.
Un abrazo.
Hola de nuevo.
La empresa se llama Lector Cero: http://lectorcero.com/ Yo acudí a ellos tanto para el primero como para el segundo, y volveré con el tercero y siguientes jjjj TIenen distintos servicios y no me parecieron muy caros comparados con otros, es verdad que hay empresas que no resultan en absoluto rentables para un escritor que no venda millones de libros.
Muchas gracias por darle una oportunidad a mi novela, espero que la disfrutes y que pases de nuevo por aquí a contármelo 😉
Un abrazo y, sí, toda la suerte posible, que siempre hace falta.
Ara,
La editorial te garantiza una estructura de soporte mínimo que te permite obtener las ventajas del mercadeo y la distribución, pero aunque nada de esto es gratis, estas actividades te agregan valor y lo que sacrificas debes asumirlo como un costo de oportunidad, considerándolo como un gasto de inversión, sobre todo tratándose de un autor que está comenzando a publicar o que todavía no esté siendo considerado en el mercado por parte de los libretos y los lectores.
La auto-publicación es injustamente percibida como un recurso usado por aquellos autores que no hacen méritos suficientes para ser considerados por las editoriales. La publicación por cuenta propia, obviamente, es ilimitada y no hay barreras de acceso, no obstante, es también un recurso que hoy tienen muchos buenos autores, como sospecho es tu caso, para usar como un mecanismo de sustitución de la editoriales habida cuenta que la publicidad, mercadeo y distribución cada día tiene costos decrecientes y el acceso a través de los “social media” es ilimitado.
En mi opinión, la auto publicación exitosa o al menos la que tiene desde el principio ventajas comparativas pasa por el meridiano de los concursos. Las reseñas y artículos de opinión serían a posteriori la mejor promoción.
Saludos,
Raúl
Muchas gracias por tu comentario, Raúl.
Lo cierto es que no tengo nada que añadir, creo que has resumido perfectamente lo que implica uno y otro tipo de publicación, así que me quedo callada y te doy toda la razón.
Un abrazo.