Muñecas rotas
Jefferson Winter no es un investigador corriente. Tiene una inteligencia muy superior a la media y es hijo de uno de los más famosos asesinos en serie de Estados Unidos. Jefferson Winter se ha pasado la vida intentando distanciarse del legado de su padre y pone todo su empeño en perseguir a los que son como él. Tras una carrera prometedora en el FBI como experto en perfiles psicológicos, viaja por todo el mundo ayudando a los cuerpos policiales a resolver los casos más complicados. Acaba de llegar a Londres en medio de una ola de frío para resolver un caso espeluznante que desconcierta a Scotland Yard. Un psicópata ha secuestrado a varias mujeres para torturarlas durante meses. Antes de dejarlas en libertad se asegura de que no puedan contar nada con un sistema especialmente cruel: les practica una lobotomía. Winter utilizará toda su inteligencia y su intuición para atrapar al criminal antes de que pueda destrozar a otra mujer. Sus métodos no siempre se ajustan a las normas, pero nadie como él es capaz de entender cómo funciona la mente del psicópata.
Lo bueno
- La incomodidad lograda en las escenas del secuestrador
- La caracterización del protagonista principal
- Las descripciones científicas sobre criminología y perfiles criminales
Lo malo
- Los personajes secundarios
- La policía de adorno
- El tufillo a El silencio de los corderos
¡Hola! Hoy traigo la reseña de Muñecas rotas, un thriller escrito por James Carol, un autor escocés nacido en 1969.
Muñecas rotas tiene puntos muy buenos: la premisa inicial, el personaje protagonista, las escenas con el “malo”… Pero luego algo falla, no sé el qué. Quizá los supuestos giros sorprendentes no sorprenden tanto, y quizá los personajes secundarios se quedan muy por detrás de lo que la historia requiere. Pero no te creas que no me ha gustado. En realidad, sí, es una novela muy interesante, que engancha aunque en ocasiones te haga pasarlo bastante mal, lo que ocurre es que creo que podría haber sido mejor. Está narrada desde los puntos de vista del investigador (en primera persona) y de la mujer secuestrada (en tercera), por lo que vemos el tiempo que gasta él investigando, y las torturas a las que ella es sometida mientras tanto. Esto dota a Muñecas rotas de un ritmo vertiginoso que te lleva página tras página con el corazón en un puño.
Porque el autor tampoco se corta un pelo a la hora de mostrar las crueldades a las que es sometida la pobre chica. Además, tanto ella como nosotros sabemos cómo han acabado las víctimas anteriores, por lo que este destino es una espada de Damocles sobre nuestras cabezas. También me ha gustado mucho el detalle en los perfiles psicológicos de los asesinos. Como no puede ser menos, con un protagonista famoso por ello, el autor los ha descrito con minuciosidad, y le da a la historia un aire científico muy interesante. Por otra parte, y a modo de comentario totalmente personal, quiero remarcar que Muñecas rotas me ha recordado constantemente a El silencio de los corderos. Las escenas con la chica secuestrada, la carrera contrarreloj, e incluso algunos detalles del asesino (que no especificaré aquí) me recordaban sin remedio a la gran novela (y película) de Hannibal Lecter.
La trama
Muñecas rotas es la clásica novela de bueno persigue a malo. En ella tenemos a Jefferson Winter, un investigador criminalista experto en perfiles psicológicos de asesinos en serie, que resulta ser, él mismo, hijo de un psicópata cuya ejecución nos cuentan en las primeras páginas. Jefferson responde a la llamada de la policía británica para trasladarse a Londres e intentar resolver un caso especialmente cruel: alguien se está dedicando a secuestrar mujeres, torturarlas y luego liberarlas, no sin antes realizarles una lobotomía que las mata en vida. Terrible, ¿eh?
Así que nuestro investigador acude al rescate justo en el momento en el que una nueva víctima es secuestrada, y comienza la carrera contrarreloj. Encontrar al asesino antes de que acabe con esta chica. Para ello, contará con la ayuda de un inspector de Scotland Yard y una mochila super mona que carga al hombro y a la que él llama “agente de policía” por algún motivo. (Esto ya os lo explicaré más adelante) Y mientras sufrimos con la víctima las torturas, las vejaciones y el miedo, acompañamos a los investigadores paso a paso hasta la resolución de un caso lleno de incógnitas que nos hace dudar de un final feliz.
Los personajes
Aquí es donde falla toda la historia. En cuanto te alejas del protagonista y de la secuestrada, los personajes hacen aguas.
- Jefferson Winter. Es el eje central de la historia, un personaje carismático y bien trazado. Experto en criminalística, e hijo de un famoso asesino en serie, lucha contra el recuerdo de su padre y el temor a ser igual que él. Aunque a mí me pareció una amenaza vana, pues nada en su comportamiento lo tiñe de oscuro ni por un segundo, lo cual es una lástima porque habría dado muchísimo juego.
- Rachel Cole. La mujer secuestrada. Al principio no es más que una víctima de la que apenas sabemos nada, pero a medida que avanzan la investigación y el secuestro nos vamos uniendo más a ella, sabiendo cosas de su vida, de cómo es, de qué la ha llevado a esa situación. Me gustó mucho la manera en que utiliza su pasado, sus experiencias y el recuerdo de su familia (que resulta interesante en sí misma) para sobreponerse a la situación, que no es nada fácil. Sufrimos con sus torturas y sentimos su miedo, y es horrible compartir la impotencia que ella siente.
- Mark Hatcher. El detective de Scotland Yard que solicita la ayuda de Jefferson, a quien conoció años atrás es unos cursos del F.B.I. No hay mucho que decir de él, un detective clásico, bueno en su trabajo pero quemado. Eficiente, pero a rastras del protagonista todo el rato.
- Sophie Templeton. La policía (supuestamente). La mochila mona. A ver, que no es que el personaje esté mal caracterizado, pero si la quitas y la sustituyes por una mochila bonita al hombro del prota, no pierdes nada. Es un personaje que, por si solo, no tiene la menor relevancia, no hace nada, no pinta nada más que un adorno bonito y una tensión sexual innecesaria. Una pena.
En resumen: Muñecas rotas
Muñecas rotas es una novela incómoda. Su historia te atrapa y hace que desees acompañar al protagonista hasta la resolución del caso, pero también consigue que lo pases mal, que sufras con la víctima, su secuestro, sus torturas y su miedo.
No es un libro sencillo ni alegre, pero sí efectivo, pues logra con creces lo que desea. Tiene un personaje principal muy bueno y unos coprotagonistas menos buenos, aunque ninguno falle estrepitosamente ni resulte incoherente con su personalidad. Si te gustan los thriller a contrarreloj y las novelas policíacas de buenos contra malos, esta te gustará.
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2 Comentarios
¿te puedes creer que he leído esa novela y no me acuerdo de nada? Pero de nada de nada, aunque me suena lo de que me recordó a Lecter
Me lo creo, y ese olvido ya dice bastante por sí mismo de lo que te impactó la novela, ¿no? ??