¡Hola a todos!
Acaba este extraño verano, que ya no sé si es extraño o si la cosa va a ser así para siempre.
El caso es que, como de costumbre, me he tomado estos meses de descanso del blog, pero no de descanso de lecturas, así que toca hacer el obligado repaso trimestral a la actividad literaria.
Os ofrezco 24 minirreseñas de todas mis lecturas y el resumen de las últimas publicaciones del blog.
¿Os venís?
Mis libros
Sigo agradeciendo los comentarios que mis novelas todavía generan entre los lectores, tanto En el punto de mira como Sangre en las manos y Zed está muerto. ¡Muchísimas gracias a todos! Me siento muy halagada de que, tanto tiempo después de su publicación, aún os interesen. ¡Seguid leyendo!
Comentarios de Zed está muerto: Amazon. Goodreads
Comentarios de En el punto de mira: Amazon. Goodreads.
Comentarios de Sangre en las manos: Amazon. Goodreads.
Recuerda que:
- aquí puedes leer los primeros capítulos de Zed está muerto,
- aquí los de En el punto de mira y
- aquí los de Sangre en las manos
Y aquí tienes las primeras reseñas de los lectores de Sangre en las manos
Apariciones en medios
No sé si puedo llamar a esto una aparición en medios, pero sí sé que es una portada en una revista online y que se trata de un artículo de apoyo ante un bajón público que me llevó muy cerca de dejar de escribir y de algo más. La revista solonovelanegra me dedicó la portada de su edición de julio y este artículo maravilloso que me arrancó lágrimas de agradecimiento. Nunca caminarás sola, por Beckett & Hawk, en solonovelanegra.
El blog en verano
Aquí te presento todos los artículos que he publicado en estos últimos tres meses. ¿Te habías perdido alguno?
- Comenzamos septiembre con una reseña que tenía pendiente desde hacía varios meses: Reseña de Versos para un muerto, de Preston y Child. La última entrega de la saga del agente Pendergast, en esta ocasión, por las calurosas y húmedas tierras de Florida. Sigue sin ser el viejo Pendergast, pero al menos apareció más que en La ciudad que no descansa. Recomendable para fans del personaje. Para los que no lo sois, empezad por el principio.
- Continuamos con una pregunta: ¿Por qué deberíamos leer clásicos cuando cada mes se publican tantas nuevas obras que nos ponen los dientes largos? Hay muchos, pero yo he querido detallar mis 5 motivos por los que leer clásicos. ¿Cuáles son los vuestros?
Lecturas de verano 2021
1794 (Trilogía de Estocolmo, 2), de Niklas Natt och Dag
1793 fue una de las lecturas destacadas en mi Top 5 de lecturas de 2020. La originalidad del planteamiento, la ambientación, la época y la pareja protagonista, por no mencionar la historia en sí, le granjearon ese puesto sin demasiada competencia.
1794 ha perdido el elemento sorpresa, pero nada más. Sigue ofreciendo la misma originalidad que su predecesora y me ha gustado casi casi tanto como aquella.
No pudo dejar de recomendarla. Ambas.
2001: una odisea espacial, de Arthur C. Clarke
Hace tanto tiempo que vi la película que, aparte de algunos detalles, me enfrenté a su novela en un estado casi virgen ante la historia. Un punto a favor, pues pude sorprenderme con los magníficos giros y espectáculos del final.
Me gustó muchísimo el comienzo, que sí recordaba, y aún más el final (sobrecogedor), y me gustó mucho la deriva existencialista y filosófica sobre la humanidad, su origen y su destino. A cambio, me perdí completamente en la parte intermedia, cuando la historia se convierte en una sucesión de descripciones técnicas sobre la nave. Ahí se hizo lento y pesado y hasta aburrido.
Con el final se me quitó de golpe todo el aburrimiento.
Un clásico de la ciencia ficción que hay que leer sí o sí.
¿Acaso no matan a los caballos?, de Horace McCoy
Una de las mejores sensaciones de leer novelas de otros tiempos es descubrir cosas que ignorabas y de las que jamás habías oído hablar. Como estos maratones de baile en plena depresión americana en los que participantes llegados de todo el país podían pasar semanas y meses bailando sin detenerse para ganar un concurso y su premio.
Una novela que parece una distopía y no lo es, que parece una historia de terror y, sí, en ocasiones da miedo pensar que las cosas eran sí, pero que tampoco se vende como tal.
Una novela más que recomendable.
Azul marino (Ana Martí 3), de Rosa Ribas y Sabine Hoffmann
Azul marino es, quizás y por la temática tratada, la más negra de las tres novelas que forman la saga de Ana Martí, uno de los 10 personajes femeninos en la novela negra actual que más me gustan.
En esta ocasión, nos sumergimos en los bajos fondos de la Barcelona de los años 60, en una dictadura que comienza a avisar de su “fin” y en contraste con la modernidad de unos Estados Unidos que nos miran por encima del hombro.
Aunque la trama no resulta tan atractiva como en las dos entregas anteriores, Don de lenguas y El gran frío, Azul marino representa un cierre más que decente a esta trilogía.
Muy recomendable.
El bebedor de lágrimas, de Ray Loriga
Lágrimas las mías al terminar este libro. Y no de emoción, no, de pena. Cosa más mala, por favor. Uno de mis autores fetiche, que beso el suelo que pisa, uno de los motivos por los que me gusta tanto leer, saca esta novelette que ni es juvenil ni es de terror ni es romántica ni es surrealista ni es nada de toda esa mescolanza de géneros que intenta tocar.
Después de Rendición, lo último que leí de este autor, el invierno pasado, El bebedor de lágrimas ha sido todo un mazazo.
Para olvidar.
Pálido criminal (Berlin Noir, #2), de Philip Kerr
Después de Violetas de marzo, esta segunda entrega de la saga Berlin Noir me ha producido sentimientos encontrados. Por un lado, he disfrutado mucho de su lectura. Bernie Gunther es un gran personaje y la ambientación histórica y social es magnífica. Por otro lado, hay algo que no termina de redondear la historia. Las reflexiones del protagonista no resultaban demasiado creíbles, el desarrollo del caso me pareció demasiado rebuscado y los giros estaban plagados de casualidades y trucos fáciles.
En resumen, sí, pero podría haber sido mejor. Sobre todo en un autor que se encuentran entre mis 20 mejores escritores de novela negra de todos los tiempos.
La cordura del idiota, de Marto Pariente.
Una historia entretenida, con personajes interesantes y una última parte magnífica.
Me habría gustado más de no ser por las grandísimas alabanzas que había escuchado y a las que, en mi opinión, no llega. Las expectativas, como de costumbre, juegan en contra.
Sin embargo, repito, muy entretenida. Recomendable.
El cantante de gospel, de Harry Crews
Una historia cínica, cruda, violenta, grotesca y absurda como la América más profunda que relata, de pobreza extrema y sueños rotos, fanatismo religioso, racismo…
Me ha fascinado el personaje principal tanto como los secundarios y el contraste que refleja la obra en todos los aspectos. Pobreza contra riqueza, limpieza contra suciedad, resignación contra ambición, realismo contra sueños…
Más que recomendable. Mucho más.
Todo lo que muere (Charlie Parker, #1), de John Connolly
Después de una de esas meteduras de pata tan mías, leer La canción de las sombras sin saber que pertenecía a esta saga, decidí hacer las cosas como es debido y comenzarla por el principio. Porque el protagonista y la historia y el estilo lo merecían.
Y Todo lo que muere es lo que esperaba de ella, los inicios de ese protagonista y esa historia y ese estilo aunque, para mi gusto, demasiado caótica. Hay demasiadas tramas, demasiados giros, demasiados personajes… Un poco enrevesada, pero de las que enganchan.
A por la segunda.
Durante la nevada, de Luis Roso
Esta novela tiene dos problemas muy gordos, en mi opinión.
El primero, que toda la chicha, los giros y los avances de la historia se concentran en el último 5 %. Eso ya da a entender que el resto ha sido un avanzar por avanzar, a trompicones y hacia un villano que vi venir desde el primer momento en que apareció.
El segundo, y, para mí, mucho peor, es la nula -sí, nula- corrección editorial. El estilo es un auténtico desastre, gerundios, acotaciones, comienzos de capítulo repetitivos, documentación histórica a paladas…
Es que, por buena que hubiera sido la novela, y no es que esté mal, es imposible disfrutarla así.
Delito en la piel, de Val McDermid
Un relato al que le faltan páginas para pulir historia y personajes. Aunque cuenta con un villano que podría ser magnífico, el resto de protagonistas se queda ahí, en un podría-pero-no. Igual que la historia, mucha acción y mil giros (alguno muy predecible) en pocas páginas.
Al final, no te da tiempo a emocionarte y la historia se va como vino.
Los tipos duros no leen poesía (Eladio Monroy, #3), de Alexis Ravelo
Después de Tres funerales para Eladio Monroy y Solo los muertos, continúo la saga de Eladio Monroy, este tipo duro con corazoncito, canarión y adorable, con su humor negro y su mala leche.
Continúo esta saga como si fuera una única novela pues tengo la sensación de que la historia y los antagonistas son los mismos de siempre. No es que esto sea del todo malo, pues al fin y al cabo, funciona, pero espero algo de sorpresa para la siguiente entrega.
Hasta entonces, viva Eladio.
Y si quieres un cambio de aires en las novelas de Alexis Ravelo, no dejes pasar La otra vida de Ned Blackbird. Maravillosa.
En un lugar solitario, de Dorothy B. Hughes
A veces parece que en la novela negra de mediados del s. XX ya está todo escrito, que los personajes y las tramas son siempre las mismas. Y no. En un lugar solitario parece una de esas novelas clásicas de Hammett y no lo es. Personajes e historia diferentes a lo habitual. Más que recomendable.
Ful, de Rafa Melero Rojo
Ful es una novela corta sobre un grupo de amigos de un barrio marginal de Lleida a los que un trabajo en apariencia sencillo acaba por meter en el problema de sus vidas. Algún personaje muy interesante y, sobre todo, un ritmo brutal. Ideal para pasar el rato.
El ferrocarril subterráneo, de Colson Whitehead
Esta novela, ganadora del Pulitzer 2017, cuenta una historia demasiado cruda para la frialdad que transmite. El relato de una mujer, esclava en una plantación de algodón, que intenta escapar de su trágico destino, las personas a las que conoce y pierde, la lucha contra la sociedad de la época, las traiciones internas… No puede contarse desde una distancia en la que nada te afecte.
Quitando ese detalle, la historia en sí me gustó muchísimo.
El hombre de Viena (Gabriel Allon 04), de Daniel Silva
Cada día más enganchada a la serie de este asesino/espía judío que recorre medio mundo haciendo justicia mientras lo único que desea es quedarse tranquilo en Viena restaurando viejas pinturas. Es que no puede molar más.
En esta ocasión, Allon debe regresar a su ciudad maldita, Viena, para tratar de averiguar quién y por qué ha puesto una bomba en la sede del instituto de ayudas a las víctimas del nazismo. Y la investigación lo llevará muy atrás en el tiempo hasta lo más hondo del horror de aquellos años.
Estación de tormentas (Geralt de Rivia, 08), de Andrzej Sapkowski
Y si cada día estoy más enganchada a Gabriel Allon, mi gran amor literario de los últimos tiempos, Geralt de Rivia, acaba con Estación de tormentas su saga y me deja un vacío en el corazón. Eso sí, un vacío bien cerrado pues, aunque esta entrega es algo así como una precuela y la historia ya había acabado, regresamos a las clásicas aventuras de monstruos y espadas que hizo famosa a esta saga de fantasía. Mucha acción, emoción y menos espionaje y oscuridad que en las últimas.
Una gran forma de terminar.
El gran dios Pan y otros relatos de terror, de Arthur Machen
Soy muy fan de H.P. Lovecraft, y Lovecraft idolatraba a Arthur Machen, ergo tendría que haberme encantado esta colección de relatos del autor galés.
Pues no.
Reconozco una maestría absoluta en el lirismo de la obra, una prosa casi poética, onírica en la mayoría de descripciones y situaciones que relata, pero que no me transmitió prácticamente nada. Desde luego, nada de terror, pero tampoco ninguna emoción de cierta intensidad. Hablamos de descripciones eternas que te vende como tenebrosas cuando no provocan esa sensación, y muy poca, pero que muy poca, acción. Los personajes tienen miedo todo el rato, pero no logré averiguar por qué.
No voy a quitarle la razón a Lovecraft ni a todos los que consideran a Machen un maestro del género, pero a mí, personalmente, objetivamente, en mi humilde opinión (que parece que tengo que disculparme cada vez que algo no me gusta, coñoya), me dejó indiferente.
Hielo negro (Harry Bosch, 02), de Michael Connelly
Solo llevo dos entregas de esta saga del detective Harry Bosch, pero puedo decir que me tiene enganchada. Salvando las distancias, yo lo consideraría el Wallander americano; no porque podamos comparar a Connelly con Henning Mankell (nadie es Henning Mankell), sino porque Bosch es, igual que aquel, un personaje totalmente realista, sin grandes habilidades ni superpoderes físicos o deductivos, sin grandes características peculiares en sí mismas, simplemente un policía haciendo su trabajo, con sus traumas, su metodología, su rutina.
Una gran documentación, muchos cadáveres y una historia bien elaborada que te lleva por California y México, el tráfico de drogas, la corrupción, la inmigración y la pobreza en ambos lados de la frontera.
Más que recomendable
Heredarás la tierra, de Jane Smiley
Una novela que gira alrededor de una familia en la América rural de los años 70. Un padre autoritario y sus dos hijas, casadas y con sus propias familias, que intentan, sin embargo, encontrarse a sí mismas más allá de los terribles lazos de sangre de su infancia. La dureza de la vida en el campo, los sueños rotos, los amores perdidos, la libertad que nunca se atrevió a soñar. Una novela que me gustó mucho a pesar de una lentitud excesiva en determinados momentos y algunas incongruencias en los personajes que no terminaron de encajar.
Intérprete de emociones, de Jhumpa Lahiri
Por nada del mundo imaginaba que esta colección de relatos iba a gustarme tanto. Una serie de historias con la India como nexo, tanto la vida en dicho país como la vida de los indios que viven más allá de sus fronteras. Costumbres, tradiciones, diferencias culturales y mucha, mucha comida. Historias escritas con maestría, en las que llegas a conocer y comprender a sus personajes y a convertirlos en parte de tu propia familia. Magnífica.
Espada auxiliar (Imperial Radch 2) y Misericordia auxiliar (Imperial Radch 3), de Anne Leckie
Sí, las dos, porque cuando terminé la segunda no pude parar y continué hacia la tercera. No solo porque esta trilogía me ha fascinado desde el primer momento, sino porque la cantidad de personajes y las características de cada uno son tan complejas, que temía hacerme un lío si dejaba pasar meses antes de acabarla. Ya lo comenté cuando leí Justicia auxiliar, la primera entrega de la saga, nos encontramos ante una obra de ciencia ficción que destila originalidad por sus cuatro costados, personajes magníficos, situaciones interesantes, una perfecta mezcla de acción y reflexión y, en estas segunda y tercera parte, muchas cosas en las que pensar: la igualdad, los derechos sociales, el racismo, las diferencias de clases…
No importa que no seas de ciencia ficción, yo no me muevo demasiado en el género, deberías dar una oportunidad a esta saga. No es fácil de leer, pero vale la pena. Y mucho.
Puedes comprar Espada auxiliar aquí y Misericordia auxiliar, aquí
Astillas en la piel, de César Pérez Gellida
Ya empieza a ser costumbre, acaba el verano y tenemos nueva novela del autor vallisoletano. ¡Bienvenida sea! Gellida es uno de los pocos escritores que logra que me salte mi innegociable lista de lecturas pendientes para situar sus novedades en primer lugar, y Astillas en la piel no podía dejar de cumplir esa costumbre.
No voy a entrar en muchos detalles, pues en un par de semanas pienso publicar una reseña completa sobre la obra, de modo que me limitaré a una breve opinión que ya compartí en Goodreads:
Astillas en la piel me ha hecho sentir a bordo de una de esas atracciones de feria que te elevan hasta determinada altura para, a continuación, dejarte caer al vacío. Al inicio te ofrece la tensión de saber que algo va a ocurrir, pero el ascenso es lento, parece que no pase nada, te distraes con el paisaje y conversaciones de terceros que no te interesan demasiado. Entonces llegas arriba y, sin previo aviso, te deja caer. Y ahí empieza la locura. La adrenalina se dispara, no sabes dónde estás ni si llegarás a salvo a tu destino, y sientes que alguien te tiene en sus manos y no puedes hacer nada más que dejarte llevar. Luego acaba y te das cuenta de que el viaje apenas ha durado un suspiro. Tienes la lengua fuera, el corazón en la garganta y las ganas, como siempre, de que la feria regrese a la ciudad. La feria gellidista, por supuesto.
Y así termina el extraño verano de 2021.
¿Qué habéis leído vosotros en estos meses? ¿Alguna novela que valga la pena recomendar?
Felices lecturas, y hasta pronto
2 Comentarios
Hace muchos años, vi la película “Danzad, malditos, danzad”. No sabía que había libro y me ha sorprendido que el título original se mantenga en el libro. Si no recuerdo mal, en la película dicen la frase que da título a la novela. Hablo de “¿Acaso no matan a los caballos?”.
Tomo nota de otros títulos, que mi pila de lecturas va bajando. Gracias por las recomendaciones y saludos.
Hola, Isabel.
No he visto la película, aunque la conozco de oídas, y no sé qué fidelidad mantuvo respecto a la novela, pero aunque que conozcas el final, te recomiendo su lectura, sin dudarlo. A mí me encantó.
Ya me contarás qué otros títulos te han interesado y qué te parecen cuando los leas.
Un abrazo y muchas gracias por comentar 😉