Seis formas de morir en Texas, de Marina Perezagua
Esta es una novela sobre varias personas cuya suerte queda ligada por un corazón. No se trata de un corazón simbólico, sino de un órgano que palpita y da la vida… y también la muerte.
Esta es una novela sobre dos familias y dos continentes. Un hombre es ajusticiado en una cárcel china y sus órganos son objeto de tráfico. Su corazón acaba alojado en el pecho de un norteamericano, y ese trasplante marcará el futuro de las siguientes generaciones. Según la tradición budista, si el corazón no se entierra con el muerto este jamás logrará descansar en paz, y por tanto los herederos del difunto deben traer el órgano de vuelta a China.
Esta es una novela sobre tráfico de órganos, pecados que deben redimirse, actos de amor que buscan purgar culpas y actos de venganza que tratan de restablecer la armonía quebrada. Marina Perezagua construye una trama meticulosa y perturbadora que nos habla de la esencia del ser humano, del azar y del destino. La autora, que se ha ido consolidando como una voz imprescindible de la actual narrativa española, nos ofrece un libro que deslumbra e inquieta.
Lo que sí
- La historia de Robyn
- Los giros inesperados
- El estilo epistolar de una de las tramas
- El estilo directo al lector de la otra
- La distribución de los capítulos, saltando de punto de vista, narrador y tiempo
- La historia del tráfico de órganos, que apenas se ha tratado nunca
- La documentación realizada por la autora
Lo que no
- La historia del protagonista masculino
- La frialdad en los datos sobre el tráfico de órganos
- La excesiva mención a estudios, informes, reportajes, como si esto fuera un máster de carrera
Seis formas de morir en Texas, de Marina Perezagua. Toda una sorpresa.
Resulta complicado, a estas alturas de mi vida, encontrar una novela que me sorprenda. En demasiadas ocasiones la trama me resulta familiar, los personajes los he visto en otras novelas o los giros son los mismos que me dejaron de sorprender tiempo atrás. Pero Seis formas de morir en Texas me sorprendió desde la primera página. De entrada, la protagonista, una joven ciega acusada de asesinar a su madre y condenada a la pena capital, nos escribe desde el corredor de la muerte en una penitenciaría de Texas. Y sí, digo que ella, ciega, nos escribe. No diré más al respecto.
El caso es que nos escribe porque su relato se construye a base de la correspondencia que envía a su padre, un hombre al que nunca conoció y cuya aparición en su vida, cuando ella está a punto de morir, lo cambiará todo. Por otro lado tenemos a Xinzàng. Por algún motivo, y mira que la protagonista, Robyn, está en el corredor de la muerte, la historia de Xinzàng es más dura aún que la de ella. Quizá porque trata un tema como es el tráfico de órganos sobre el que no estoy en absoluto familiarizada o quizá porque salpica su historia con mil referencias a estudios e investigaciones reales que insisten una y otra vez en que lo que estás leyendo es real. Real. Madre mía.
Ya he comentado que la historia de Robyn, la joven condenada a muerte, nos es narrada en forma epistolar mediante las cartas que escribe a su padre. La historia de Xinzàng, sin embargo, nos la cuenta un narrador ajeno y omnisciente que se dirige directamente al lector para contar la vida de este hombre chino y regalarnos algunas pinceladas de lo que puede ocurrir más adelante.
Creo que la historia de Xinzàng es tan terrible que la narradora ha querido asegurarse de que sabemos que es real. Para ello ha plagado el texto de referencias a informes reales, a investigaciones internacionales y reportajes publicados en revistas de prestigio, y entre la profusión de datos y las notas a pie de página, ha convertido esta historia en algo semejante a un ensayo, que, lejos de estremecerme con la dureza y crueldad de lo que relata, me alejó igual que haría un aburrido ensayo sociológico. Quizá por eso no terminó de causar en mí el efecto que debería. Además, precisamente por esa manera tan fría de contarlo, me resultaba difícil de creer, por mucho que insistiera, y ajeno a la historia y los personajes.
Ojalá no fuera cierto. Ojalá.
La autora. Marina Perezagua
Marina Perezagua, nacida en Sevilla, en 1978, es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla y se doctoró en Filología en Estados Unidos. Ha sido profesora en la State University of New York (Stony Brook) y en la New York University y ha trabajado en el Instituto Cervantes de Lyon. Ha publicado dos libros de relatos, Criaturas abisales y Leche, y dos novelas, Yoro (Premio Sor Juana Inés de la Cruz a la mejor novela escrita en español por una mujer) y Don Quijote de Manhattan. Actualmente vive en Nueva York.
La trama
Robyn es una adolescente ciega de 16 años que es acusada de asesinar a su madre y condenada a la pena capital. 16 años más tarde, en el corredor de la muerte, consigue localizar a su padre, un hombre a quien nunca conoció ya que su madre se quedó embarazada por inseminación artificial a través de un banco de esperma. Este hombre, un completo desconocido, la odia por lo que significa para él que su hija sea una asesina, pero tiene un terrible favor que pedirle, y puede que Robyn logre obtener algo a cambio de acceder.
En China, hace casi cincuenta años, un hombre es ajusticiado en una cárcel, y sus órganos son utilizados para el tráfico internacional. A partir de ese momento, su hijo dedica su vida a buscar ese corazón que, según la tradición budista, debe descansar junto a su padre o este no alcanzará la paz. Cuando el hijo del ajusticiado también fallece, será el nieto el encargado de seguir la pista del corazón hasta los Estados Unidos.
La crueldad humana se refleja en este libro en todo su esplendor. La utilización de las personas como meros objetos, tanto por el sistema dispuesto a asesinar en nombre de la ley como por aquellos capaces de cualquier cosa por dinero.
En resumen: Seis formas de morir en Texas
Seis formas de morir en Texas no es una novela fácil, ya te aviso, los temas que trata no son sencillos de digerir. El hecho de situarte en la piel de una mujer condenada a muerte se hace duro por momentos; la soledad y la crueldad del destino fijado son una losa por mucho que ella los acepte con sorprendente resignación. Y la realidad de la historia del tráfico de órganos en China es capaz de ponerte los pelos de punta por mucho que esté descrito con la frialdad de una investigación científica.
Pero es que Seis formas de morir en Texas es, como ya he dicho, sorprendente. Tanto por los giros que nos esperan en sus páginas como por la forma de ser de sus protagonistas y por esos cambios de narrador, de las cartas de Robyn al escritor que te habla directamente a ti para contarte lo que Xinzàng va descubriendo mientras busca el corazón de su abuelo.
Es una novela que merece la pena leer, para no olvidar nunca de lo que es capaz este ser humano al que pertenecemos.
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Un abrazo, y felices lecturas.