Astillas en la piel, César Pérez Gellida
Dos amigos de la niñez con una deuda pendiente.
Un forzado reencuentro en la amurallada localidad vallisoletana de Urueña.
Álvaro, un exitoso escritor, y Mateo, un crucigramista en números rojos, acabarán atrapados en el caótico trazado medieval de la villa y bajo una impenitente cencellada. Ambos serán parte de un macabro juego en el que la sed de venganza los llevará a tomar decisiones que condicionarán sus vidas en el caso en el que alguno logre superar la jornada.
Astillas en la piel es un absorbente thriller psicológico en el que se confirma que César Pérez Gellida es el auténtico mago del engaño de nuestras letras. Una novela con una trama adictiva y asfixiante al más puro estilo cinematográfico y al servicio de la literatura de calidad.
Lo bueno
- El estilo Gellidista.
- El instante en que todo cambia y te quedas con un palmo de narices.
- El final. De aplauso.
- El ritmo. ¿Cómo pueden haber pasado solo tres horas desde que lo empecé?
- El comienzo arrollador.
- La trama del teniente Balenziaga. Ojalá le hubiera dado más relevancia.
- Los guiños a la obra del autor, personajes, tramas, incluso libros. Qué grande.
Lo malo
- Algunos diálogos entre Álvaro y Mateo sobre temas irrelevantes.
- El principio se me hizo algo pesado. Deseaba que entrara en materia y no me quedaba claro hacia dónde íbamos.
Astillas en la piel, de César Pérez Gellida.
Comencé la lectura de Astillas en la piel con la confianza que me da el hecho de que Pérez Gellida sea uno de mis autores fetiche. El puto amo, como lo llama la gran Montse Martín, no sin razón.
Gellidista como soy, creía conocer ya las tácticas y el ritmo del autor y, precisamente por eso, el inicio de la novela no me sorprendió, pero el segundo capítulo, sí.
Reconozco que la primera mitad de la novela me descolocó. Tras uno de esos principios de dejarte con el alma en la boca, sigue una trama mucho más pausada de lo habitual. En ocasiones, que el autor me perdone, casi llegó a aburrirme, con los diálogos entre los protagonistas que recordaban batallitas de infancia y poco más. Sabía hacia dónde íbamos, el principio no deja lugar a dudas, pero parecía que no iba a llegar nunca.
Y entonces, en una de esas maniobras que convierten a Gellida en el puto amo, la historia da un giro de 180º, todo lo que creías saber se viene abajo y te quedas con la misma cara de tonto que uno de los protagonistas. Y a partir de ahí, abróchate el cinturón, que ya no hay forma de parar.
En Goodreads, comparé Astillas en la piel con una atracción de feria que te eleva hasta las alturas, lentamente, para luego dejarte caer entre gritos y adrenalina. Cuanto más tiempo pasa, más de acuerdo estoy con mi propia comparación. Astillas en la piel hace que te confíes y luego te empuja al vacío, te bambolea de un lado a otro hasta que pierdes la noción del tiempo y el espacio, y luego te deposita en el suelo con las piernas temblando y preguntándote qué demonios ha pasado.
El puto amo.
El autor: César Pérez Gellida
César Pérez Gellida nació en Valladolid en 1974, trabajó en publicidad y comunicación y es uno de los escritores de habla hispana más valorados en el género criminal. Y con razón.
Hasta ahora ha publicado:
- Memento Mori (2013, Suma).
- Dies irae (2013, Suma).
- Consummatum est (2014, Suma).
- Mutatis Mutandis (2014. Suma).
- Khimera (2015, Suma).
- Sarna con gusto (2016, Suma).
- Cuchillo de palo (2016, Suma).
- A grandes males (2017, Suma).
- Konets (2017, Suma). Aquí tienes mi reseña
- Todo lo mejor (2018, Suma). Aquí tienes mi reseña
- Todo lo peor (2019, Suma). Aquí tienes mi reseña
- La suerte del enano (2020, Suma). Aquí la reseña
Y deberías leerlos todos.
La trama
Álvaro y Mateo compartieron varios años de estudio en un internado católico. Mientras Álvaro disfrutaba de una infancia normal, casi privilegiada, Mateo sufrió abusos sexuales por parte de uno de los tutores. Poco después, sus vidas se separaron, coincidieron en la Universidad y en algunos eventos sociales, y poco más.
Hasta que, una mañana, Mateo llama a Álvaro para pedirle ayuda. Lo necesita. Ya.
Álvaro, condicionado por la lástima que siente hacia su amigo, no duda en presentarse allí donde lo llaman, el pequeño pueblo medieval de Ureña, en mitad de una cencellada, para escuchar el favor que Mateo desea pedirle.
Venganza, traición, secretos y culpas entre el pasado y el presente, entre mentiras y astillas clavadas en el alma.
Los personajes
Los personajes de Astillas en la piel se cuentan con los dedos de una mano, aunque, incluso así, todo gira alrededor de dos:
- Álvaro. Incluso dentro del internado, Álvaro tuvo una infancia bastante normal, un niño espabilado, guapo, listo, con sus amigos y su rutina. Años después, su vida como pasante en un despacho de abogados se trastocó por culpa de un accidente de tráfico que le provocó una deformación y la inutilización de la mano derecha. Pero Álvaro no se dejó abatir. Aprendió a utilizar la izquierda y a plasmar su dolor en forma de novelas negras que acabaron convirtiéndose en superventas. Su vida en la actualidad es todo lo que podría desear, pero cuando Mateo le recuerda la vieja amistad que los unió, algo lo hace regresar al pasado.
- Mateo. Hijo de militar, Mateo se crio en un ambiente rígido que no hizo sino acentuarse tras la muerte de su madre y su ingreso en el internado donde, como no podía ser de otra manera, acabó siendo el blanco del matón de turno. Ahí estaba Álvaro, afortunadamente, para salvarlo aunque fuera mediante estratagemas tan arriesgadas como imaginativas. A partir de entonces, Mateo se refugió en su nuevo amigo, pero ni él fue capaz de salvarlo de las garras de ese tutor que lo había tomado como víctima de sus deseos. Con la salida del internado, la vida de Mateo se estabilizó, se ganaba la vida, más o menos, como crucigramista y siguió adelante. O no. Porque es difícil seguir adelante con esas astillas del pasado clavadas bajo la piel.
- El sapo. Todos hemos tenido profesores a los que hemos puesto un mote, y el sapo ese eso, un profesor que recuerda a un sapo, con sus ojos saltones y la forma de sorber la saliva que da mucho asquito. El sapo llegó al internado, trasladado desde otro colegio y fue el causante de todos los problemas de Mateo. No tengo que contaros la historia, ¿verdad?
- El teniente Balenziaga. El teniente Balenziaga llega una mañana a su oficina en la Guardia Civil y se encuentra con un marrón de proporciones bíblicas, una casa llena de sangre, un cadáver y un millón de preguntas. A través del teniente, César Pérez Gellida nos anticipa el resultado de esa fatídica noche y hace que nos mordamos las uñas tanto como él o más. Entiendo que el juego que establece el autor entre los capítulos de Álvaro y Mateo y los de Balenziaga es complicadísimo, pero ojalá hubiera habido más de estos. Cada vez que salía me reconcomían las preguntas.
En resumen: Astillas en la piel
Bienvenido a la montaña rusa
Ya lo he dicho y me repito, Astillas en la piel es una montaña rusa o una de esas torres de caída libre. El principio es algo lento, no sabes lo que va a pasar y, en ocasiones, te distrae el paisaje o las conversaciones insustanciales. A partir de la mitad, sin embargo, estás perdido.
Poco más puedo añadir.
Recuerda que puedes comprarlo en librerías o en Amazon
Un abrazo, y felices lecturas.
4 Comentarios
Arantxa,
coincidimos al 110%, comienzo brutal, de ahí hasta la mitad descolocado total. En un duelo entre: ‘sigo?’ y ‘es gellida, tira’. Te confieso que conforme se acercaba el final (por el % del kindle) me decía, pero si no queda nada y todo esto montado todavía,… hubo un momento que me imaginé el final.
Y si, quizá le hubiera dado más recorrido a la investigación, pero poco más, porque lo mismo se endereza todo y te quedan otras 500 páginas para darle la vuelta a la tortilla 😉
Así, contado como se puede y sin spoilers 😀
Gracias por tu tiempo
P
@mywillem
Gracias por tu comentario, Peio, y por el cuidado de no hacer spoilers, que con esta novela es difícil jjjjjjj
Cómo le gusta al Gellida jugar con nosotros, ¿eh? Por eso nos hemos malacostumbrado a confiar en él y tirar pa’lante siempre. Y siempre vale la pena.
Un abrazo!
Hola, Arantxa. Yo aún voy por Consummatum Est, porque voy alternando al Amo Gellida con otras lecturas (termino uno de él, empiezo uno de otro, y así voy), y la verdad que me está gustando muchísimo este autor. Lo conocí por Chicote, que se quejó en Twitter que sacaba La Suerte del Enano el mismo día que Juan Gómez-Jurado sacaba Rey Blanco. Carapocha me parece uno de los mejores personajes que leí en mucho tiempo, un fenómeno.
Pregunta: puedo leer Astillas en la Piel antes de los otros o es mejor esperar a llegar allí?
Un abrazo y muchas gracias por escribir y por dedicarnos tiempo a los fans!
Hola, Luciano!
Muy buena manera la tuya de acercarte a la obra de Gellida, poco a poco, para disfrutarla más y no devorarla toda en un mes jjjjj
Efectivamente, puedes leer Astillas en la piel cuando quieras, pues es independiente de todos los demás, aunque ya conoces el gusto de Gellida por los cameos. Aún así, no hay problema, ahora o cuando le llegue el turno, a tu gusto.
¡Y que viva Carapocha!