¿Cómo estaís? Supongo que esta semana, más que nunca, se hace obligatoria esta pregunta, ¿verdad? ¿Cómo estamos todos? Ni en una distopía habríamos imaginado que la primavera llegara de esta manera, encerrados en casa, asomándonos apenas por la ventana para ver florecer una planta en el balcón, si es que la primavera ha llegado a tu ciudad, pues no son pocas las que están viviendo estos días un invierno que apenas se había dejado notar hasta ahora.
Es una época difícil, y cada uno lo lleva lo mejor que puede. Para unos, por sus circunstancias laborales o familiares, es más complicado que para otros. Yo solo puedo desear que esto pase pronto y que vosotros y vuestras familias estéis lo mejor posible.
Y si puedo colaborar con mis recomendaciones literarias para que estas semanas que aún nos quedan de confinamiento se hagan lo más llevaderas posible, mi resumen trimestral de lecturas y publicaciones cobra más utilidad que nunca. Espero que a continuación encontréis algo que os llame la atención, descubráis nuevos libros u os riáis con alguna de esas divagaciones que publico de vez en cuando y en las que mi cabeza suelta lo que le da la gana.
Un abrazo a todos, de verdad. Y mucho ánimo para estos días.
Mis libros
Si nada lo impide, ni confinamiento ni pandemias ni apocalipsis zombie, este año se publicará mi tercera novela, la continuación de En el punto de mira.
Hasta entonces sigo agradeciendo los comentarios que las dos anteriores todavía generan entre los lectores, tanto Zed está muerto como En el punto de mira. ¡Muchísimas gracias a todos! Me siento muy halagada de que, tanto tiempo después de su publicación, aún os interesen. ¡Seguid leyendo!
Comentarios de Zed está muerto: Amazon. Goodreads
Comentarios de En el punto de mira: Amazon. Goodreads.
Recuerda que aquí puedes leer los primeros capítulos de Zed está muerto.
Y aquí los de En el punto de mira:
El blog en invierno
- Comencé 2020 con la reseña de una novela que, curiosamente, me transportó muchos años atrás en el tiempo. Se trata de La ciudad que no descansa, la entrega número 17 de la saga protagonizada por el inspector Pendergast, de los autores Preston y Child. Esta novela es un regreso a los orígenes de dicha saga, a los casos autoconclusivos y a una investigación en la que el agente del FBI podría haberse quedado en casa. ¿Quieres saber por qué digo esto? Aquí tienes la reseña
- Y con el inicio de año llegan los retos de lectura, leer más, más, más… Es algo que no comprendo y quise dar mi opinión en este artículo: ¿Cuánto vas a leer este año? Sobre los propósitos de año nuevo. Para mi sorpresa, mucha gente se mostró de acuerdo conmigo.
- Segundas partes nunca fueron buenas, reza la sabiduría popular, y creo que tampoco hay que pasarse, aunque sí debo admitir que La red púrpura no es tan buena como La novia gitana, pero es que aquella era muy buena. ¿Y esta? Aquí tienes la reseña
- Mi lista de reyes siempre incluye un millón y medio de libros, y no es extraño que la gente me haga esta pregunta tan sencilla y, a la vez, tan difícil de responder. ¿Por qué te gusta tanto leer?
- El género negro nació hace muchos años, y si rebuscamos en los clásicos encontramos grandísimas obras maestras. Es lo que me ocurrió con El último beso, de James Crumley. Una maravilla sucia y oscura y cínica y políticamente incorrecta, como debe ser. Aquí te dejo la reseña.
- Los genios son unos borrachos y unos sufridores. Y punto. Le dan a todas las drogas y son personas acostumbradas a profundo sufrimiento físico y emocional. ¿Crees que eso es así? Yo me propuse reflexionar sobre ello en este artículo: ¿Es necesario sufrir para ser un genio?
- La siguiente novela me encantó, El show de las marionetas está formada por una inverosímil pareja de investigadores, el clásico detective retirado y un villano especialmente cruel. Lo que podía haber sido un cliché tan otro está tan bien ejecutado que me hizo imposible dejar de leer. Puedes leer la reseña, aquí
- En alguna ocasión te he hablado de la montaña rusa que significa ser escritor, los altibajos emocionales a la hora de enfrentarte a la escritura. Sé que puede ser difícil de creer, así que en este artículo te hice una demostración gráfica, literalmente, un diagrama de las emociones desde que empiezo a escribir hasta que la novela sale a la calle. Diagrama de la escritura.
- Llevaba varias novelas magníficas y la decepción llegó de donde menos lo esperaba: El zorro, de Frederick Forsyth. Un maestro del suspense que no consiguió engancharme en ningún momento. La novela es entretenida, desde luego, pero poco más. Aquí tienes la reseña.
- Como todos sabéis, el 8 de marzo se celebra el Día de la mujer, y yo quise publicar esta reflexión sobre el papel de la mujer en la literatura criminal. ¿Por qué hace años solo éramos víctimas o mujeres fatales? ¿Cómo está la situación en la actualidad? Las mujeres en la literatura criminal
- Y es precisamente una mujer la protagonista de la siguiente novela que reseñé, Seis formas de morir en Texas, de Marina Perezagua, la historia de una mujer ciega condenada a muerte en una prisión estadounidense. Su relación epistolar con un padre al que nunca conoció se mezcla con la historia de un hombre chino que, para cumplir con una vieja leyenda budista, sigue al portador del corazón arrebatado a su abuelo, también ejecutado en una cárcel. Si quieres saber algo más, aquí tienes la reseña.
Mis lecturas de invierno
Rendición, de Ray Loriga: Esta es una novela difícil de etiquetar, un mundo distópico alejado de la acción que suele definir este tipo de historias, Rendición es una novela pausada, extremadamente pausada, que habla de la inutilidad de la rebelión ante los acontecimientos ajenos a uno y la sumisión ante un mundo en el que no podemos influir. Me pareció un enfoque maravilloso y arriesgado por lo original de un protagonista que se enfrenta a una guerra a la pérdida de la familia, de su modo de vida y de su seguridad con la absoluta indiferencia del que se sabe insignificante. ¿O no?
Puedes leer mi comentario aquí
La red púrpura, de Carmen Mola: Era de esperar. Esta novela, trepidante y adictiva como dicta la cubierta, es, sin embargo, bastante peor que su predecesora. Es lo que ocurre cuando te empeñas en explotar la gallina de los huevos de oro sin darle tiempo a la pobrecilla a recuperarse.
Puedes leer mi reseña aquí
Sangre helada, de Ian McGuire: Esta novela, mitad aventuras mitad thriller, alterna momentos de lucha contra un sanguinario asesino y contra una naturaleza tan cruel como aquel. La ambientación es digna de premio, ese frío helador del ártico, y el reflejo de la dureza de la vida y la rutina en un ballenero de finales de siglo XIX logra que lo pases tan mal como el pobre protagonista.
Estudio en escarlata (Sherlock Holmes 01), de Arthur Conan Doyle: Admito que me averguenza confesar que no había leído esta historia. De hecho, del famoso detective solo he leído algunas historias sueltas y sin orden, por lo que me he propuesto retomar la saga desde el principio, como debe ser. Y esta primera entrega me ha sorprendido, no por el personaje ni sus habilidades, que ya son conocidas por cualquiera, lector o no, sino por la estructura de la novela. Te explica el caso, la investigación y la resolución, y entonces, de repente, cambia completamente de escenario para contarte la historia del culpable y cómo llegó a serlo. Un enfoque inesperado y original.
La tumba de las ballenas, de Elena Fuchalt: La historia de una niña que queda huérfana poco antes de la Guerra Civil española se ve marcada por la búsqueda del asesino de su padre, a quien buscará hasta la otra punta del mundo. Una historia típica sobre la guerra y la posguerra, aunque enfocada de una manera diferente. No logré empatizar con nadie, todas las relaciones, tanto amorosas como de amistad, entre los protagonistas me resultaron bastante forzadas, pero no niego que resultó entretenida.
No puedo ofrecerte comentario en Goodreads porque, por algún motivo absurdo, hay editoriales que no incluyen sus obras en esta red.
Terapia amorosa, de Daniel Glattauer: Escrito a modo de obra de teatro, este breve relato sobre una pareja que busca ayuda en un terapeuta matrimonial es ideal para echarse unas carcajadas, pero poco más, pues está escrita a base de clichés y con giros que resultan predecibles desde el momento uno. Eso sí, repito, te vas a reír con ella.
El tercer hombre y El ídolo caído, de Graham Greene: Dos historias cortas que pasaron por mis manos sin pena ni gloria. La primera, de la que se grabó una maravillosa película, no termina de funcionar como relato, y la otra me resultó sosa y sin interés.
El último beso, de James Crumley: Una novela que mezcla el género negro clásico con una road movie por las carreteras americanas. Detectives borrachos y mujeres fatal. Puro negro.
El vampiro, de John William Polidori: Me temo que todos hemos leído y visto tantas historias de vampiros que es difícil que una nos cuente algo nuevo, sobre todo si es una de las primeras y de ella han bebido (perdón por el chiste) las demás. A este vampiro se le reconoce el mérito de sentar las bases, pero no alcanza el interés ni el efecto de todo lo que vino después.
El show de las marionetas, de M.W. Craven: Maravilla. Una novela de suspense de manual. Una historia oscura y cruenta protagonizada por una de las mejores parejas detectivescas de la literatura actual, y con un villano con el que resulta demasiado fácil solidarizarse.
Volver, de Alejandro Moreno: Esta larguísima novela sitúa a su protagonista, un treintañero de la época actual, de vuelta en los años 90, en su antiguo instituto y con sus antiguos compañeros. ¿Todo será diferente o será todo igual?
Veneno mortal, de Dorothy L. Sayers: Un detective con la insistencia de Poirot, el sarcasmo de Holmes, el sentido del humor de un payaso y los amigos de un curtido delincuente. Divertida novela que da un giro a las historias de detectives de principios del siglo XX
La quinta mujer (Kurt Wallander 06), de Henning Mankell: Lo dije hace tiempo y lo repito, mucho antes de que el género policíaco nórdico se pusiera de moda, Henning Mankell ya había creado una saga con las bases, no solo de lo que sería dicho género, sino de lo que debería ser cualquier novela negra que se precie. Cada una mejor que la anterior y todas impecables. Yo de mayor quiero ser mr. Mankell
Una y otra vez, de Kate Atkinson: ¿Y si pudieras vivir tu vida una y otra vez hasta que salga bien? Esa es la premisa de esta novela, y la ejecución de la historia, en la que seguimos a la protagonista viviendo la misma vida, una y otra vez, con mínimas variaciones es estupenda. El problema es que esa repetición hace que, en ocasiones, se haga demasiado larga, pero es que son muchas vidas.
El zorro, de Frederick Forsyth: Una lectura decepcionante. Uno de los más grandes del género se ha quedado muy corto con esta historia que trata, en teoría, sobre un genio de la informática adolescente y que se queda en poco más que una serie de anécdotas sobre espionaje y estrategia militar y mucha, mucha, documentación.
Los aires difíciles, de Almudena Grandes: Entre el amor y el odio. Es cierto que no estoy acostumbrada a la manera de escribir de esta autora, pero no negaré que tuve ganas de mandar el libro a la… porra una docena de veces. esa costumbre de enlazar sinónimos y expresiones diferentes para decir lo mismo una y otra vez llegó a desesperarme, por muy bonitas que fueran las expresiones en cuestión. Por suerte, el resto me tenía enamorada, los personajes, las diferentes historias y la manera en la que se enlazaban unas con otras me mantuvieron enganchada hasta el final.
Seis formas de morir en Texas, de Marina Perezagua: Es complicado encontrar una novela, sea el género que sea, que te sorprenda. Casi siempre encuentras una trama que te resulta familiar, o los personajes te recuerdan a los de otra historia, o los giros ya los has leído otras veces. Pero esta novela me sorprendió en muchos aspectos, incluidos esos tres.
Belleza roja, de Arantxa Portabales: Una novela sencilla. No es una crítica, en absoluto, la sencillez puede ser una virtud. Tampoco digo que lo sea en este caso. Simplemente, la sensación que tenía mientras leía esta novela era de que se trataba de una novela sencilla. De hecho, tiene más de cuatrocientas páginas y la leí como si fueran doscientas. Rápido y sin despeinarme. Lo malo es que tampoco me despeiné en las escenas en las que debería haberlo hecho.
La chica inglesa, de Daniel Silva:La historia de un espía de la inteligencia israelí que ha trabajado en diversas ocasiones junto al gobierno británico y al que el mismísimo primer ministro le encarga encontrar a una joven secuestrada antes de que el mundo descubra quela chica en cuestión es su amante. Suena sencillo, ¿verdad? Pues no.
Lo he dicho en innumerables ocasiones, no soy aficionada a las novelas de espías, y esta se vende como tal; quizá por eso he tardado tanto en leerla, pese a que me la habían recomendado con vehemencia y llevaba años en mi lista de pendientes. Ay, malditos prejuicios. ¡Una maravilla! Por favor, qué protagonista. ¡Y qué secundarios! Y qué giros. Algunos previsibles, claro, pero otros de dejarte con la boca abierta. Me encantó. Por desgracia, como ya comentaba en este artículo sobre leer sin tener ni idea previa del libro, resulta que La chica inglesa es la decimotercera entrega de una saga, aunque, si no has leído ninguno de los anteriores, tampoco lo vas a notar, yo no me perdí en ningún momento. Eso sí, ya he añadido a mi lista dependientes todos los que me faltan.
Hasta aquí mi repaso al invierno de 2019-2020, tanto lector como autor. Ha sido un trimestre de muy buenas lecturas, he descubierto grandísimos autores cuyas obras han pasado a engrosar mi lista de lecturas pendientes y he leído, sin proponermelo, a un alto porcentaje de escritoras. Como ya os conté en este artículo, no suelo fijarme en el nombre de la portada cuando comienzo una lectura; sea cual sea el motivo por el que una determinada novela se encuentra en mi listado de pendientes, quien la haya escrito no tiene especial relevancia, pero debido a la desproporción entre autores publicados y autoras, la gran mayoría de mis lecturas llevan nombre de varón. Este invierno, sobre todo los últimos dos meses, la proporción casi se ha igualado, y admito que eso me gusta.
¿Y vosotros, qué habéis leido? ¿Cual ha sido vuestra mejor lectura? ¡Se agradecen recomendaciones!
Felices lecturas, y hasta pronto
2 Comentarios
Buenas noches Ara:
Este invierno me ha deparado muy buenas lecturas, otras que han pasado sin pena ni gloria y algunas que han resultado un fiasco.
Entre las primeras, El show de las marionetas, Dócil de Aro Sainz de la Maza, Un fuego azul de Pedro Feijoo, Arcadia de Iain Pears, Oscuro amanecer en Berlín de Joaquín Rodríguez, El chico de las bobinas de Pere Cervantes y La madre de Frankenstain de Almudena Grandes. A mí sí me gusta y mucho, la forma de escribir de esta autora pero entiendo tu punto de vista. Cuando la recomiendo, advierto siempre que sus ambientaciones y sus personajes son muy buenos, que las historias que narra te llegan, pero que su forma de escribir no es para todos.
También he retomado la serie de Harry Hole de Jo Nesbo. Los dos primeros, que son infumables, los leí hace tiempo, pero a partir del tercero la cosa mejora y mucho. Concretamente he leído desde El Petirrojo que es el tercero, hasta El muñeco de nieve que es el séptimo, (este último fue una relectura, de hecho es el primer libro de la serie que leí y me gustó mucho, luego leí los dos primeros y la aparqué). Además, también he releído Los tres mosqueteros, que ha sido refrescante y me ha vuelto a gustar tanto como la primera vez y Desapareció una noche de Dennis Lehane. Del resto, de las que han pasado sin pena ni gloria o de los fiascos, prefiero no comentar.
Después de tu reseña, voy a leer La chica inglesa, (no he leído nada de este autor) y Seis formas de morir en Texas, aunque esta última, la dejo condicionada a mi estado de ánimo, que con la situación que estamos viviendo, a menudo está por los suelos. También quiero leer Las fuentes del silencio de Ruta Sepetys , Nadie muere en Wellington de Carmen Sereno, Donde las calles no tienen nombre de Mónica Rouanet y los thrillers y policíacas que surjan, que son géneros que me encantan.
A la espera de que esta pesadilla pase y de que sigamos bien, te mando un cordial saludo.
Hola, M.ª Carmen:
Tomo nota de tus lecturas. Dócil, Un fuego azul y El chico de las bobinas las tengo en la lista de pendientes, pero no conocía la de Pears, ni Oscuro amanecer. La madre de Frankenstein me tienta, pero es verdad que su estilo se me atraganta un poco, como has visto. Lo que ocurre es que sus historias y personajes son tan buenos… Quizá le dé algo de tiempo para no saturarme del estilo Almudena 😉
Con Harry Hole voy por el 3.º, que es mejor que los anteriores, efectivamente. Siempre me alegra que alguien me confirme que los primeros son infumables, porque de verdad que he llegado a creer que eran cosas mías.
Espero que La chica inglesa y Seis formas de morir en Texas te gusten tanto como a mí, creo que con la primera disfrutarás mucho si eres fan de los thriller. La segunda, tienes razón, vigila tu ánimo, que puede ser muy dura.
Espero que tu familia y tú estéis bien, y que todo esto acabe lo mejor posible.
Un abrazo enorme.