Todos lo sabemos, no es nada nuevo, las mujeres hemos sido personajes secundarios en la literatura a lo largo de la historia. Creo que es un tema demasiado profundo y complejo para entrar ahora a discutir por qué sucede esto: las mujeres no disponían del mismo acceso a la educación que los hombres, por lo que tenían menos posibilidades de leer y mucho menos escribir; las mujeres ejercíamos roles secundarios en la sociedad: madres (como si eso no fuera nada), esposas y sirvientas, jamás creadoras y, por tanto, apenas protagonistas; las mujeres que sí pudieron leer y escribir hubieron de disimular su sexo en modo de seudónimos o se vieron relegadas a casos meramente anecdóticos…
El caso es que, desde el principio de los tiempos, los personajes femeninos han ocupado puestos secundarios y, en la mayoría de los casos, suscritos a un determinado cliché. Mucho más si analizamos el caso de las mujeres en la literatura criminal: la víctima o la mujer fatal. Poco más.
Y no digo que no me gusten los clásicos de la literatura negra que muestran este tipo de personajes, hay auténticas obras maestras, pero… ¿no hay novelas con otro tipo de personajes femeninos? ¡Desde luego que las hay!
Mujeres en la literatura criminal, del lado de los buenos
Se anuncia un asesinato
Los habitantes del apacible pueblecito de Chipping Cleghorn ven alterada su vida cotidiana ante un anuncio en el periódico local que dice: «Se anuncia un asesinato que tendrá lugar el viernes, 29 de octubre, en Little Paddocks, a las seis y media de la tarde». ¿Una broma infantil? ¿O un engaño destinado a asustar a la pobre Letitia Blacklock? Incapaz de resistir la lógica curiosidad, una multitud decide acudir al domicilio de la víctima de esa muerte anunciada en el día y la hora señalados. Cuando el reloj marca las seis y media, las luces se apagan y se oye un disparo… y los allí presentes comprobarán que lo que en apariencia no era más que una extravagancia se convierte en un asesinato que solo Miss Marple podrá desentrañar.
La señorita Marple – Agatha Christie
Siempre me costó un poco esta mujer, lo admito, metomentodo, vecina cotilla y señora con muy mala suerte, admitámoslo, que no podía ir al Carrefour sin que se le muriera alguien al lado. Hija… Pero el caso es que es una de las protagonistas por excelencia de la literatura negra y una de las más conocidas “investigadoras”, azote de los criminales. Acababa descubriendo al asesino más por pesada que por otra habilidad, pero igualmente hay que reconocerle el mérito.
Cruel y extraño
Ronnie Joe Waddell va a ser ejecutado por un crimen horrible y la doctora Scarpetta, particularmente inquieta frente a este hecho, espera para realizar la autopsia.
Pocas horas después de la ejecución, la policía encuentra en la calle el cadáver de una adolescente con heridas similares a las que mostraba la supuesta víctima de Waddell. Scarpetta, que ya dudaba acerca de la culpabilidad del convicto, ve justificadas sus sospechas.
La forense deberá enfrentarse a la investigación de un tercer crimen y, al mismo tiempo, a una persona que intenta sabotear su trabajo desde los oscuros pasillos del poder.
Cruel y extraño ha obtenido los prestigiosos premios Edgar y Gold Dagger y su protagonista, la doctora forense Scarpetta, es uno de los grandes hallazgos de la novela policíaca estadounidense.
Kay Scarpetta – Patricia Cornwell
Esta mujer, divorciada y de mediana edad, trabaja en el lado más escabroso de las investigaciones policiales, la doctora Scarpetta es forense. Por supuesto, esto tiene una lógica influencia sobre su personalidad, y nos encontramos con una investigadora que tan solo quiere que la dejen en paz, con su jardín y su comida italiana.
Los hombres que no amaban a las mujeres
Harriet Vanger desapareció hace treinta y seis años en una isla sueca propiedad de su poderosa familia. A pesar del despliegue policial, no se encontró ni rastro de la muchacha. ¿Se escapó? ¿Fue secuestrada? ¿Asesinada? El caso está cerrado y los detalles olvidados. Pero su tío Henrik Vanger, un empresario retirado, vive obsesionado con resolver el misterio antes de morir. En las paredes de su estudio cuelgan cuarenta y tres flores secas y enmarcadas. Las primeras siete fueron regalos de su sobrina; las otras llegaron puntualmente para su cumpleaños, de forma anónima, desde que Harriet desapareció. Mikael Blomkvist acepta el extraño encargo de Vanger de retomar la búsqueda de su sobrina. Periodista de investigación y alma de la revista Millennium, dedicada a sacar a la luz los trapos sucios de la política y las finanzas, Blomkvist está vigilado y encausado por una querella por difamación y calumnia presentada por un gran grupo industrial que amenaza con arruinar su carrera y su reputación. Contará con la colaboración inesperada de Lisbeth Salander, una peculiar investigadora privada, socialmente inadaptada, tatuada y llena de piercings, y con extraordinarias e insólitas cualidades. Así empieza esta magnífica novela que es la crónica de los conflictos de una familia, un fascinante fresco del crimen y del castigo, de perversiones sexuales y trampas financieras; un entramado violento y amenazante en el que, no obstante, crecerá una tierna y frágil historia de amor entre dos personajes absolutamente inolvidables.
Lisbeth Salander – Stieg Larsson
No creo que a Lisbeth le haga mucha ilusión que la incluya en un listado rodeada de policías y agentes de la ley, pero es que, por muy punk que sea, Lisbeth está del lado de los buenos. Y pobre del malo que se cruce en su camino. La antiheroína por excelencia, rebelde, inadaptada y con un concepto de la moral extremo y muy particular. Adorable.
Mi querido asesino en serie
El nuevo caso de la inspectora Petra Delicado empieza cuando encuentran el cuerpo de una mujer de unos cincuenta años asesinada de modo brutal en su propia casa. Sobre el cadáver hay una carta de amor anónima que reivindica el asesinato, justificándolo con el abandono del presunto asesino por parte de la víctima. El caso lo llevan Petra, Garzón y un inspector del cuerpo de los Mossos d’Esquadra a quien sorprendentemente, pues es más joven que Petra, le encomiendan el mando. Todos sabemos del carácter de Petra, y en este caso, el tesón para descubrir la intriga se verá entrelazado con su rebelión interna frente a una situación que le resulta inaceptable: ¿cómo puede ser que este joven mosso sea quien dé las órdenes?
Mientras tanto, siguen apareciendo cadáveres, y todo apunta a que nos hallamos ante un asesino en serie. El misterio está servido.
Petra Delicado – Alicia Giménez Bartlett
Una de las primeras protagonistas femeninas en la novela negra española, si no la primera. Una inspectora de la policía de Barcelona, compleja y llena de matices, dura y fría cuando hace falta, pero también sensible. Sabe perfectamente lo difícil que es compaginar su profesión con su vida privada y con la imagen que la sociedad espera de una mujer como ella, de modo que no tiene reparos en plantar cara a cualquiera que trata de juzgarla o imponerle un rol que no desea interpretar.
La princesa de hielo
Cuando la joven escritora Erica vuelve a su pueblo natal tras el fallecimiento de sus padres, no se puede ni imaginar que se verá envuelta en la truculenta historia de un crimen cuyos protagonistas no son otros que sus propios amigos de la infancia. Cuando su amiga Alex es encontrada muerta, aparentemente suicidada, se descubre que no sólo fue asesinada sino que además estaba embarazada, lo que multiplica así las conjeturas de Erica y de la policía.
Erica Falck – Camilla Läckberg
Hace tiempo que me desenganché de esta serie de novelas, pues llegó un momento en el que tenía la sensación de que cada historia era igual que la anterior y, además, su protagonista empezaba a ponerme de los nervios, pero no puedo negar que Erica Falck merece estar en esta lista. Ella no es policía ni periodista ni investigadora de ningún tipo, ella es escritora y, como no se cansa de repetir una y otra vez, esposa y madre. También es muy curiosa, por lo que no puede evitar entrometerse en los numerosos misterios y crímenes que ocurren a su alrededor. Al contrario que con nuestros anteriores ejemplos, en el caso de Erica vemos cómo compagina estas investigaciones con una vida personal más importante para ella que la resolución de los crímenes. No está soltera ni reniega de la maternidad ni prioriza el descubrimiento del asesino sobre su propia vida, y creo que es importante que un personaje así exista, no todas las investigadoras del crimen deben ser solitarias y frías.
Mujeres en la literatura criminal del lado de los malos
Misery
Misery Chastain ha muerto. Paul Sheldon la ha matado. Con alivio y hasta con alegría. Misery lo ha hecho rico. Porque Misery es la heroína que ha protagonizado sus exitosos libros.
Paul quiere volver a escribir. Algo diferente, algo auténtico. Pero entonces sufre un accidente y despierta inmóvil y atravesado por el dolor en una cama que no es la suya, tampoco la de un hospital.
Annie Wilkes lo ha recogido y lo ha traído a su remota casa de la montaña. La buena noticia es que Annie había sido enfermera y tiene medicamentos analgésicos. La mala es que ha sido durante mucho tiempo la fan número uno de Paul. Y cuando descubre lo que le ha hecho a Misery Chastain, no le gusta. No le gusta en absoluto.
Antes, Paul Sheldon escribía para ganarse la vida.
Ahora, Paul Sheldon escribe para sobrevivir.
Annie Wilkies – Stephen King
Si quieres conocer a Annie, puedes leer este artículo que le dediqué hace un tiempo en mi serie de Odas a los asesinos literarios. Aunque yo de ti no me acercaría demasiado. Annie Wilkes está fatal de la cabeza. Se trata de una enfermera obsesionada con la protagonista de una serie de novelas escritas por Paul Sheldon, y cabreadísima porque el autor ha decidido, en la última entrega, matar a la pobre Misery. Qué gran casualidad cuando el pobre Sheldon sufre un accidente de tráfico ante la casa de Annie. Ella está dispuesta a hacer cualquier cosa por resucitar a su personaje preferido. Y digo cualquier cosa.
El objetivo
Will Robie y su compañera Jessica Reel, convocados por el presidente de los Estados Unidos, deberán emprender una misión de alto riesgo destinada a neutralizar una amenaza global.
Los talentos de ambos como espías son inigualables, pero algunos poderosos desconfían de ellos y harán todo lo posible para que tengan éxito… y no sobrevivan.
Mientras Reel se enfrenta a una crisis personal, un nuevo adversario acosa a la pareja de asesinos: una mujer desconocida, adiestrada durante toda su vida para matar y con su propia lista de objetivos, una lista que incluye a Will Robie y a Jessica Reel.
Chung-Cha – David Baldacci
Probablemente no la conozcas, Baldacci no es un autor tan conocido como debería, y si no eres seguidor de la saga sobre el asesino a sueldo de la CÍA Will Robie, jamás habrás oído hablar de esta villana, pero cuando leí la novela en la que aparece, El objetivo, su personaje me enamoró. Hablamos de una asesina a sueldo del gobierno norcoreano, una mujer con un pasado tan traumático como terrible (porque los villanos no necesitan justificación, pero las villanas sí). Hija de unos opositores encerrados en un campo de prisioneros, creció sufriendo torturas y humillaciones hasta que convertirse en una mujer con unas habilidades y falta de escrúpulos a los que el gobierno puede sacar rendimiento.
En una época en la que las villanas escasean, Chung-Cha merece estar en esta lista.
Con un marido al que apenas conoce, la joven esposa llega a este inmenso predio para ser inexorablemente ahogada por la fantasmal presencia de la primera señora De Winter, la hermosa Rebeca, muerta pero nunca olvidada. Su habitación permanece intacta, sus vestidos listos para ser lucidos y su sirvienta, la siniestra señora Danvers, aún le profesa una devoción malsana.
Y con el espeluznante presentimiento de que algo maligno le está aprisionando el corazón, la joven comienza a investigar el verdadero destino de Rebeca: el oscuro secreto de Manderley.
Mrs. Danvers – Daphne Du Maurier
Uno de los personajes que más miedo me han dado, como te contaba en este artículo. La señora Danvers es ama de llaves de la mansión Manderley. La señora de la casa, a quien Mrs. Danvers adoraba, falleció en extrañas circunstancias y ahora su marido se ha vuelto a casar con una cría que pretende usurpar el puesto de la anterior señora De Winter. A Mrs. Danvers, eso no le hace ninguna gracia.
Pocas veces como en ” Grandes esperanzas ” se presenta la oportunidad de poder entregarse al placer de leer por leer. En efecto, las venturas y desventuras que desde su infancia y en las primeras líneas empieza a contarnos el huérfano Pip nos arrastran con la fuerza de un río hasta un final feliz, aunque teñido de normalidad y melancolía. A lo largo del relato que de su vida nos hace el protagonista, desfila ante nosotros una galería inolvidable de personajes (la brutal hermana de Pip y su marido, el sencillo Joe Gargery; la dulce Biddy, la extravagante señorita Havisham, la desdeñosa y cruel Estella…) sometidos a temores, culpas, amores contrariados, accidentes, golpes de fortuna, ilusiones y frustraciones, descubrimientos imprevistos y pequeñas aventuras en una de las novelas más redondas del autor.
La señorita Havisham – Charles Dickens
La señorita Havisham es una anciana que vive recluida entre las paredes de un dolor pasado. Su prometido la abandonó el día de la boda y ella se refugió del mundo en su enorme mansión. Allí acumuló odio y rencor a lo largo de los años y cuando, ya anciana, se le ofrece la oportunidad de vengarse de los hombres, vuelca ese ansia de revancha en la joven a la que tendría que educar y proteger, y en el pobre joven que la corteja.
Macbeth cuenta una historia de crimen y castigo entreverada de brujería y elementos sobrenaturales. Amparado en las engañosas profecías de las Hermanas Fatídicas, brujas o diosas del destino, Macbeth decide asesinar a su rey y tomar la corona. Consciente del horror al que se entrega, forja su terrible destino y se deja poseer por el mal que nace del ansia de poder, creyéndose invencible y eterno. Esta obra tenebrosa e inquietante, de acción vertiginosa, es también profundamente introspectiva. A través de un lenguaje metafórico y sensorial, la obra indaga en lo prohibido, explora la transgresión y ofrece la oportunidad única de compartir la vida interior de un asesino, con su horror y su misterio.
Lady Macbeth – Shakespeare
Manipuladora, fría y ambiciosa, es esta ambición la que la lleva a manejar las vidas de las personas a su alrededor. Quiere poder, tanto como pueda, y no le importa a quién tenga que herir para conseguirlo
¿No falta un personaje más en cada lado?
No me lo tengas en cuenta, tenía que hacerlo. No diré que una esté en el lado de los buenos y otra en el lado de los malos, porque a estas alturas ya debes de saber que no me gustan los personajes en blanco y negro, los buenos buenísimos ni los malos malísimos, y eso, por supuesto, incluye a los personajes femeninos.
Así que, respecto a estos dos personajes que me quedaban por incluir, dejo que tú los coloques en la columna que prefieras.
Kathleen Addams (El Fantasma) – En el punto de mira
Kathleen es una asesina a sueldo. Así, a secas. No trabaja para el gobierno ni se somete a ningún tipo de entidad superior que le diga a quién debe matar ni por qué ético motivo. No. Kathleen asesina porque sabe hacerlo mejor que nadie y porque gana una pasta. Eso sí, ella no mata a cualquiera, con la ayuda de uno de los mejores hackers del Reino Unido, Kathleen decide si el objetivo que le han encargado matar merece o no ese destino. Si es así, nada podrá salvarlo, pero si no, quizá su cliente se acabe arrepintiendo de haber acudido a ella.
Eso sí, Kathleen también es una persona normal, aunque no lo creas. Tiene una vida, amigos, perros, una rutina y un hombre del que se ha enamorado. Mala idea.
¿Te atreves a conocer al Fantasma?
Elizabeth Delgado – Zed está muerto
Elizabeth era detective en el departamento de policía de la ciudad de Los Angeles. De origen mexicano, había logrado lo que su familia deseaba para ella, una vida tranquila y segura, pero un suceso terrible durante su último caso la apartó del cuerpo. Su mente, simplemente, se rindió. Ahora le han pedido que vuelva, hay un caso fácil del que podrá ocuparse para poder empezar a reintegrarse después de la baja. Solo que la joven que ha aparecido muerta no es una chica cualquiera, sino la hija del jefe de la mafia rusa, y la supuesta sobredosis que la ha matado puede que no sea tal sobredosis ni tan accidental como quieren hacerla creer. Junto a un agente del FBI tendrá que descubrir al verdadero asesino antes de que el enviado por el padre de la chica cumpla su venganza.
¿Quién podría atreverse a matar a Katya?
Hasta aquí mi listado de cinco protagonistas femeninas en el lado bueno y cinco en el lado malo.
Me ha resultado muy fácil encontrar a las buenas, detectives, investigadoras aficionadas, periodistas y mujeres curiosas por el mundo del crimen. Sin embargo, no ha sido tan fácil encontrar villanas. Parece que estas abundaban en la literatura clásica, pero en la era moderna las sustituyeron por las femme fatale a las que hacía referencia al principio y, desde ahí, prácticamente nada. ¿Por qué será? ¿Hemos dado marcha atrás y las mujeres tenemos que ajustarnos, de nuevo, al papel de santa? Pues no me da la gana. Aviso
Un abrazo y felices lecturas.