¿Imaginas cuáles son los 5 elementos imprescindibles en una novela negra? Seguro que, como lector del género que asumo que eres, no te será difícil.
Hace poco hablábamos de las tramas de novela negra más habituales y hoy me meto en cada una de esas historias, porque, sin importar que la trama gire alrededor del quién, el cómo o el porqué, todas comparten ciertos elementos que hacen que una novela negra sea lo que es.
Apuesto a que sabes de lo que estoy hablando.
Los 5 elementos imprescindibles en una novela negra
1. El misterio
Obvio. No tiene que ser un crimen, no tiene que ser un cadáver, aunque esto sea lo más habitual; en realidad, lo que necesitamos es un misterio, una pregunta de partida: ¿qué ha pasado?
Puede que haya muerto alguien, por supuesto, también puede haber desaparecido alguien o que lo desaparecido sea un objeto, quizás hablamos de robos de joyas, por ejemplo, o la figura negra de un halcón. Eso sí, siempre debe haber algo, un elemento, una pregunta que dé inicio a una investigación.
2. El investigador
Voy a llamarlo “investigador” porque algún nombre hay que darle, pero el segundo de los elementos imprescindibles en la novela negra no tiene por qué ser un policía, solo una persona que investiga el misterio.
Por supuesto, lo más habitual es que este personaje, por otro lado protagonista de la historia, sea un miembro de las fuerzas del orden, policía de cualquier rango y departamento (local, estatal, federal, internacional…) o un detective privado, pero también son miles los abogados y fiscales que, por lo que parece en las películas, son los que resuelven los crímenes en Estados Unidos.
Aunque tampoco podemos olvidarnos de los investigadores aficionados o los que se meten en estos líos por puñetera casualidad, una persona corriente, sin relación con la policía, que se ve afectada por el misterio y se convierte en la única capaz de resolverlo.
3. Las pistas
¿Cómo demonios vamos a empezar a investigar un misterio si no hay pistas a seguir?
Estas pistas son los indicios que ayudarán, no solo a los investigadores del caso, sino a los propios lectores a tomar parte en la investigación y resolver con ellos el caso.
Eso sí, como escritores, debemos tener cuidado a la hora de dejar pistas para nuestros sufridos investigadores, porque una cosa es encontrar una huella dactilar y otra, que el autor del crimen se deje en la mesa todo el contenido de los bolsillos, que hay novelas con más pistas que el Cluedo.
Otra regla básica, que ya apuntó Agatha Christie en su momento, es que el detective nunca sepa más que el lector; si hay una pista, ambos deben conocerla. Nunca, pero nunca, utilices una pista que no has mostrado antes, y nunca, jamás de los jamases, te saques una pista del sombrero en el último instante para crearte con ella un deus ex machina que lo resuelva todo. Pena de muerte para esos autores.
4. El sospechoso
Estas pistas deben llevar al investigador hasta un sospechoso, es decir, el posible culpable detrás del misterio.
Pero, claro, si solo hay un sospechoso, tampoco es que la investigación resulte demasiado interesante, así que debe haber varios para sembrar la duda entre los lectores. Entre todos estos, ¿quién es más probable, quién tenía más que ganar o que perder?
Otra posibilidad es que el culpable sea revelado al lector desde el comienzo de la historia. (¿Os suena esto de algo?). En ese caso, la trama cambia, y ya no somos los lectores los que buscamos desentrañar el misterio, sino descubrir si el investigador logrará atrapar a ese culpable. Aun así, siempre es recomendable introducir algún elemento de misterio que estimule la mente del lector, que no lo sepa todo.
5. El arma del crimen
Aunque ya hemos comentado que no siempre tiene que haber un asesinato, esto es lo más habitual, y si hay un asesinato, hay un arma del crimen, aunque solo sean las manos del asesino.
Existen armas típicas, como cuchillos o pistolas; armas improvisadas, como el famoso “objeto contundente”; armas con segundas intenciones, como la cuerda que pretende hacer pasar un asesinato por un suicidio; armas sigilosas, como el veneno, y armas que no son tales, como las propias manos.
Una vez descubierta, el arma en sí se convierte en una pista, ya que puede apuntar a una única persona o, por el contrario, alargar la lista de sospechosos.
Estos son los 5 elementos imprescindibles en una novela negra, aunque, por supuesto, no son los únicos; siempre está bien que el investigador tenga un compañero, como contrapunto a su personalidad, y que el sospechoso tenga un adlátere que lo complique todo. También se agradecen las subtramas que den profundidad a los personajes, a sus vidas e historias, y que añadan interés al tema principal.
¿Echas en falta algún elemento imprescindible en una novela negra?
¡Hasta la próxima lectura!
2 Comentarios
Pues ya que es novela negra, quizá la crítica social. De algún modo eso nunca falta en el género.
Un abrazote
¡Muy cierto! Es un elemento indispensable en la novela negra pura.
Un abrazo, Izaskun. Gracias por pasarte por aquí.