Todo empezó como un desahogo.
Los que me seguís, si habéis visto o leído alguna entrevista, ya conoceréis la historia de el Fantasma y de cómo llegué a la idea de esa asesina a sueldo. Es la típica pregunta que contesto algo abochornada, pues da una imagen de mí misma bastante rarita, pero soy demasiado mayor para mentir, así que digo la verdad.
Hace muchos, muchos años (en un reino junto al mar…) me sucedió algo que me rompió el corazón y me hizo desearle la muerte a una persona. No, no fue un novio, que es lo que soléis pensar todos, y tampoco viene a cuento. El caso es que durante noches y noches fantaseé con la muerte de esa persona y mi cabeza comenzó a idear formas de llevar a cabo tal venganza.
Lo bueno que tenemos los escritores, incluso los que ni siquiera saben que lo son, como yo entonces, es que vivimos mucho más en nuestra imaginación que en la vida real, y esa imaginación hizo que no llegara a ejecutar nunca mis malévolos planes. A cambio, creó un personaje y toda una historia que ya no me abandonaría.
Kathleen Parker, alias El Fantasma, nació como una antiheroína vengadora y justiciera, receptora de mis ansias de matar, y creció más allá de lo que jamás habría imaginado. Sufrió, se enamoró, perdió, ganó y mató, mató mucho.
Y ganó lectores.
Quién me lo iba a decir. El Fantasma no se creó para que nadie la conociera. Como he dicho, solo fue un desahogo que se iba a quedar en mi ordenador como tantos relatos que había escrito antes y, sin embargo, su historia me superó y durante siete años me refugié en su vida y sus andanzas.
¿Cómo la iba a dejar morir luego en un cajón?
Aprendí a maquetar, aprendí todo lo que pude sobre el proceso de publicación, me di de cabezazos y recurrí a gente maravillosa a la que sigo recurriendo a día de hoy. Y publiqué En el punto de mira.
Y os gustó.
¡Dios mío, os gustó!
A mí me había gustado tanto el proceso que ya me había embarcado en la escritura de otra historia que me rondaba la cabeza desde hacía tiempo, pero En el punto de mira os gustó tanto que me pedisteis una segunda parte. Y mientras escribía esa segunda parte, supe cómo iba a terminar la historia.
Es raro, porque normalmente escribo sin tener muy claro hacia dónde voy, pero no fue así en este caso. Kathleen me contó sus planes cuando aún estaba muy lejos de llegar a ese momento, y mañana, 5 de octubre de 2023, esos planes se harán realidad.
Pese a tener la idea clara desde el principio, no ha sido una novela fácil de escribir. Terminar esta historia me produce más vértigo que ilusión. Con ella empecé mi aventura como escritora y, aun cuando sus personajes no aparezcan en otras novelas, siguen ahí, dentro de mí y en el mismo mundo. Porque, sin querer compararme con el Universo Marvel o el Universo Reina Roja de Gómez-Jurado, también mis historias se mueven en un mismo mundo, y en unas y otras, los más observadores podrán encontrar guiños hacia el pasado y el futuro.
Una historia y unos personajes que significan tanto para mí exigían un final a la altura, y espero vuestro veredicto con el corazón en un puño. Ya desde En el punto de mira, unos apostasteis por un final, otros por otro y otros confesasteis no ser capaces de elegir cómo queríais que acabase la historia. Ahora no hay vuelta atrás.
Sea como sea, espero que hayáis disfrutado de esta saga tanto como yo disfruté escribiéndola.
Nos vemos en los libros.
Un abrazo y felices lecturas.