Hace poco, charlando con miembros de varios clubes de lectura, una observación resonó con fuerza: la abrumadora mayoría eran mujeres. Y la pregunta, inevitable, surgió: ¿dónde están los hombres en estos espacios dedicados a la pasión por los libros?
¿Por qué parece haber una brecha de género tan marcada en una afición que, en esencia, no debería tenerla?
Sé que se suele decir que las mujeres leemos más que los hombres, y es posible; sin embargo, no es que los hombres no lean. Entonces, ¿por qué esa reticencia a compartir la experiencia lectora en un entorno comunitario como un club de lectura?
El estigma de la sensibilidad: ¿Un club “demasiado femenino”?
Seamos honestos, históricamente la sensibilidad y la apertura emocional siempre se han asociado más con lo femenino. Los hombres no comparten sus emociones, los hombres no lloran, los hombres no…
Un club de lectura que consiste, precisamente, en compartir interpretaciones personales, emociones evocadas por la historia y reflexiones, podría percibirse por algunos hombres como un espacio “demasiado sentimental”. Y eso está mal visto. Ya sabéis.
¿Qué leen los clubes? La percepción de la oferta literaria
Aunque cada vez menos, históricamente ha existido una cierta categorización de la literatura por género. Si la percepción es que los clubes de lectura se centran en novelas románticas o dramas centrados en personajes femeninos (algo que, por suerte, no es cierto), algunos hombres podrían sentir que sus intereses literarios no estarán representados.
Me han dicho que la creación de clubes de lectura enfocados en géneros concretos, que gustan mucho a los jóvenes, está facilitando esta integración en las nuevas generaciones. La fantasía épica, por ejemplo, sé que está funcionando muy bien en clubes de lectura formados por hombres, en su mayoría. Así que, la siguiente pregunta será, “¿Dónde están las mujeres en los clubes de lectura de fantasía épica?”. Si es que nunca estamos contentos jjjjj
La falta de referentes masculinos en los clubes de lectura
Me parece el pez que se muerde la cola: si el club de lectura está formado, en su mayoría, por mujeres, que llevan tiempo juntas y han establecido sus dinámicas, no es extraño que un hombre que quiera unirse pueda sentir que “es cosa de mujeres”.
Por supuesto, no conozco ni un solo club de lectura que vete o a quien le moleste la entrada de hombres, ni muchísimo menos, pero si ellos se sienten incómodos por estar rodeados de mujeres lectoras, les puede quitar las ganas. Y mal vamos, si tienen esa percepción.
En definitiva, la ausencia relativa de hombres en los clubes de lectura es probablemente una combinación de factores culturales, sociales y de percepción. Romper estos esquemas pasa por desmitificar la lectura como una actividad “de mujeres”, por mostrar la riqueza y diversidad de lecturas que se abordan en estos espacios, y por crear entornos donde todos se sientan bienvenidos y cómodos para compartir su pasión por los libros, sin importar su género.
¿Y tú qué piensas? ¿Eres hombre y participas en un club de lectura? ¿Por qué crees que hay menos hombres en estos espacios?
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