Arantxa Rufo: «Me gusta ambientar mis novelas fuera de España»

La escritora Arantxa Rufo. / La Provincia
Elizabeth lópez
Después de cuatro autopublicaciones, ¿qué se siente al publicar con Duomo Ediciones?
La verdad es que ha sido un sueño. Cuando empiezas a escribir siempre sueñas con que una editorial apueste por tu obra, pero cuando llega el momento, también te asusta cómo tratarán la novela y a ti misma, como autora. Sin embargo, ha sido un proceso fantástico, se han volcado en la novela y me ayudaron muchísimo en cada paso. ¡Toda una diferencia con tener que hacerlo todo una sola!
Grandes escritores del género negro la han descrito como «La sangre fresca del thriller español». ¿Cómo se maneja con las expectativas?
Mal, muy mal. Como lectora, las expectativas son un arma de doble filo, y, como escritora, no me gustan demasiado. Yo lo hago lo mejor que puedo y espero que los lectores decidan su opinión por sí mismos, sin esperar nada a priori. Aun así, evidentemente, estoy agradecidísima a Pérez Gellida y al resto de autores que me han valorado de esa manera. Es un honor inmenso.
Las tres muertes de Sarah Colbert habla de mentiras, de traición, del sentimiento de culpa y de los fanatismos. ¿Cuál fue el germen de esta historia?
De todas mis novelas, esta es la que más me cuesta definir cómo nació. Coincidió en el tiempo la lectura de otra historia, una película, alguna noticia, y todo se fue juntando en mi cabeza para dar a luz a Sarah Colbert, alguien que se ata voluntariamente a un pasado que no representa más que dolor y al que tiene que enfrentarse a raíz de un acontecimiento que lo sacude todo.
¿Cuánto tiempo estuvo trabajando en ella? ¿Qué nos podría contar de su proceso creativo?
El tiempo fueron unos dos años, algo más. Suelo intercalar el trabajo entre novelas que se encuentran en diferentes etapas del proceso: cuando termino la primera revisión de una, escribo el borrador de otra, luego vuelvo a revisar la primera y salto de nuevo a la otra… Eso me permite limpiar la mente de la historia entre paso y paso, y, aunque lleve más tiempo total, siento que funciono mejor así.
«El personaje que cualquier escritor de novela negra querría escribir», en palabras de Roberto Santiago. ¿Qué le costó más construir, la trama o los personajes?
La trama, sin duda. El personaje de Sarah, prácticamente, se escribió solo. Es una mujer obstinada, que toma sus propias decisiones sin importarle la opinión de nadie y, como personaje, tampoco le importaba demasiado la mía. Todos los demás giran a su alrededor, adaptándose a ella, y así fue durante toda la obra.
Ambientada en Estados Unidos, usted no apostó por un detective, ni por un inspector, sino por una sheriff. Arriesgado y alternativo escribiendo desde las islas canarias.
Sí. Me gusta ambientar mis novelas fuera de España, porque representa una manera de viajar, que es algo que siempre asocio con la lectura. El hecho de decantarme por Estados Unidos es, en parte, casualidad, porque encontré esta localización y me fascinó para la historia de Sarah, y en parte, inspiración cinematográfica. Mis novelas beben mucho del cine, y la gran mayoría de mis conocimientos cinéfilos vienen del país norteamericano. Casi sé más sobre el funcionamiento de las policías allí que de las nuestras.
De visitar los festivales de novela negra como lectora a presentar su novela en la X edición de Tenerife Noir…
Sí, la verdad es que no me lo creo. Aunque tengo que admitir al festival Tenerife Noir que se han portado de maravilla conmigo desde el principio. Ya desde mi primera novela autopublicada me ofrecieron un espacio para participar del evento y jamás les estaré lo bastante agradecida por ello.
¿Ya está en otro proyecto literario o prefiere disfrutar del trabajo bien hecho y de todo lo que esté por venir con este libro?
Yo siempre estoy metida en algún proyecto. Me doy un par de meses de relajación, más por incapacidad mental que otra cosa, y en seguida arranco de nuevo.