Entrevista publicada el día 5 de febrero de 2025 en el periódico Canarias7:
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Arantxa Rufo: «Lo que nos ocurre en la infancia y en la juventud nos marca para siempre»
La escritora madrileña que reside desde niña en Tenerife publica la novela negra ‘Las tres muertes de Sarah Colbert’ (Duomo Editorial)
La lectura de varias novelas y escuchar una serie de canciones que también apuntaban la importancia de un regreso al pasado que permite que afloren los contenidos de las mochilas que se arrastran desde la tierna infancia están detrás de ‘Las tres muertes de Sarah Colbert’ (Duomo Editorial), el regreso a las librerías de la escritora Arantxa Rufo (Madrid, 1979), que vive desde que apenas contaba un año de vida en Tenerife.
La escritora transita de nuevo por el género en el que «más cómoda» se encuentra, la novela negra. «Me inspiraron una serie de cosas que me fui encontrando en un momento dado. Leí varias novelas y escuché una serie de canciones que giraban sobre el regreso al pasado. Sobre la importancia de las cosas que viviste cuando eras un niño o un joven y que marcan el presente ya como adulto. Ese es el punto de partida, sobre todo la forma en la que te enfrentas a ese pasado que tanto te ha marcado», explica.
La novela está protagonizada por una sheriff llamada Sarah Colbert. Cuando era una niña, su padre mató a su madre, tras lo que se suicidó. Además, su hermana gemela Rachel desapareció hace once años. Cuando aparece el cadáver de una mujer en la localidad de Wenatchee, donde ejerce como sheriff, y posteriormente aparece asesinada la persona que descubrió el cuerpo, todo ese pasado emerge de nuevo y Sarah Colbert tendrá que enfrentarse al mismo.
«Leo de todo, pero tuve claro que el género negro era el ideal para reflexionar sobre el peso de ese pasado y cómo enfrentarse al mismo», subraya Arantxa Rufo. «Lo considero el género literario más apropiado para todo. Te da mayores licencias para analizarlo todo. Te permite darle una profundidad muy grande a los personajes, sean héroes o villanos. También a la hora de que se enfrente a la vida y a la sociedad que da lugar a determinados delitos», puntualiza la escritora.
La historia como guía
El punto central de este thriller, donde la pérdida de los seres queridos y el dolor que genera y difícilmente mitiga el paso del tiempo, es la mujer que da nombre al volumen. «Sarah se construyó sola. Es un personaje tan fuerte y que está tan cansado de la vida y por tanto de vuelta de todo, que pasaba incluso de mí», explica por teléfono entre risas. «Ella misma me decía cómo era realmente, cómo iba a reaccionar ante determinadas situaciones. Hay otros personajes que los escribo de forma mucho más consciente, pero ella se escribió casi sola», añade.
Otro pilar de la novela es la localidad de Wenatchee, en el estado de Washington, en cuyo bosque aparece el cadáver de una mujer y que la autopsia determina que ha tenido una muerte accidental, lo que no impide que quien lo encontró acabe asesinado. «Es un sitio real. Es una zona que me encontré cuando escribía la novela anterior y necesitaba una localización con situaciones geográficas muy concretas. Tenía que tener montañas alrededor, un lago y además debía ser una localidad pequeña. Me documenté bastante para localizarla. Me pareció un sitio maravilloso, que además está muy cerca de Seatle, con mucha naturaleza alrededor. Mi cabeza ya estaba allí cuando me puse a escribir esta nueva historia. Además, me gusta relacionar mis novelas con distintos guiños que solo conozco yo», confiesa.
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Algunos escritores lo tienen todo perfectamente planificado cuando se sientan delante del ordenador para plasmar la historia que quieren contar. Saben cómo arrancar, cómo desarrollar la trama, qué giros incluir y en qué momento determinado y, por supuesto, cómo va a acabar todo. Otros se dejan llevar por la historia y se adentran en la escritura con una planificación previa mínima o inexistente. «Me dejo fluir al 95%, no sé a dónde voy, como llegaré y es la historia y los personajes los que me van guiando. Me dejo fluir por la historia. Si lo tengo todo muy establecido, como he intentado alguna vez, he visto que no funciona y que me acabo aburriendo hasta yo misma. Soy de dejarme llevar por la historia», reconoce Rufo.
La autora de títulos como ‘Zed está muerto’, ‘Sangre en las manos’ y ‘En el punto de mira’, entre otros, reconoce que ‘Las tres muertes de Sarah Colbert’ va un paso más allá, incluso a nivel estilístico. «He arriesgado un poco más. Lo he hecho sin proponérmelo. Es más intimista, aunque sea raro para un thriller. La historia es más pausada, tiene más reflexión, no es un thriller tan puro. Lleva otro ritmo. Tomo más riesgos, fruto de la confianza», explica Arantxa Rufo.
El legado de Alexis Ravelo
Arantxa Rufo celebra que el género negro atraviese desde hace años «un punto muy bueno en España», sin que el éxito de crítica y público de muchas de sus novelas haya generado la repetición de las mismas fórmulas una y otra vez. «Existen distintos enfoques y estilos, con un gran número de autores con su propia personalidad. El género está en pleno auge, pero por suerte no hemos llegado a que todo parezca lo mismo, que es algo que ocurre muchas veces. Por fortuna, en España tenemos autores increíbles», subraya.
Reivindica el gran momento que el género negro vive desde hace años en Canarias, con autores isleños publicando en sellos nacionales. «Estoy muy metida en la reivindicación canaria. Durante años fue un hándicap por aquello de la lejanía, pero es que hay tantísimo talento en Canarias…», dice a la vez que reconoce la figura de Alexis Ravelo. «No sé si los autores canarios somos conscientes de todo lo que le debemos», destaca sobre el escritor grancanario, fallecido en 2023.