¡Hola a todos!
Acaba el año (¡por fin!) y antes de repasar lo mejor y lo peor de este 2021, como ya hice con el Booktag lecturas y Top 5: lo mejor y lo peor del 2020, el reto de lecturas y Top 5: lo mejor y lo peor del 2019 y el reto de lecturas y Top 5: lo mejor y lo peor del 2018, toca echar la vista atrás al trimestre otoñal.
¿Os venís?
El blog en otoño
Vamos con el repaso a los artículos publicados en los últimos tres meses. ¿Te habías perdido alguno?
- Comienza a ser costumbre iniciar el otoño con uno de mis escritores fetiche, dentro y fuera del mundo patrio. Así que empezamos con la Reseña de Astillas en la piel, de César Pérez Gellida. Si es autor fetiche, no hace falta que te diga lo mucho que me gustó, ¿verdad?
- Y ante la cercanía de Halloween, quise visitar 5 bibliotecas encantadas por todo el mundo. Historias de fantasmas, objetos que se mueven, presencias misteriosas… ¿Te atreves?
- Seguimos con una novela que me gustó muchísimo. Os invito a leer la reseña de Justicia, de Javier Díez Carmona, y descubrir esta historia y, sobre todo, a un protagonista que se mueve entre la resignación y la búsqueda de esa justicia que mueve a todos, para bien o para mal.
- Con la Navidad cada vez más cerca, ya asoma el árbol por entre las cajas, y quise buscar 10 adornos de Navidad para lectores. Decoración que proclama al mundo nuestro amor por la literatura. ¡Y hay preciosidades!
- La última reseña del año corresponde con una de mis lecturas favoritas, directo al TOP 5 del 2021, que publicaré la semana que viene. (Hasta entonces, puedes repasar el Booktag lecturas y Top 5: lo mejor y lo peor del 2020, del 2019 y del 2018. Mientras os desvelo cuáles son las otras 4 novelas elegidas este año, os recomiendo que echéis un vistazo a la reseña de Billy Summers, de Stephen King. Maravillosa.
Lecturas de otoño 2021
Justicia, de Javier Díaz Carmona
Justicia fue una novela que me sorprendió. Pese a que en algunos momentos se hacía larga, debido a las excesivas descripciones que relataban siempre lo mismo y siempre al comienzo de las escenas, repetitivo, repetitivo, me gustó mucho la historia, me gustó mucho el modo en que el autor lo iba enredando todo y me gustaron muchísimo los personajes.
Muy recomendable.
Un eco lejano, de Val McDermid
Similar defecto al de Justicia padece Un eco lejano. Se hace larga. Pero si en la primera era un defecto causado por un único elemento, la repetición de descripciones, en esta se debe a la cantidad de enredos, a los bandazos de los protagonistas y a la profusión de escenas que no dicen gran cosa o incluso se repiten para mostrar un hecho irrelevante desde el punto de vista de varios personajes. Una idea muy buena que, por desgracia, se hace demasiado larga.
Los que merecen morir, de Carlos Salem
Qué bien escribe Carlos Salem. No importa que casi todo en esta novela resulte familiar, la mitad de los personajes y la motivación del asesino; simplemente el modo en que narra, en que describe, el sentido del humor y todo lo que no resulta tan familiar ya hace que esta novela valga las 5 estrellas que le di en Goodreads. Y es que, qué bien escribe Carlos Salem.
El legado de Humboldt, de Saul Bellow
Una novela complicada. Si eso que se suele llamar “novela americana” ya se basa en reflexiones interminables sobre el mundo y la sociedad, que, es precisamente, lo que hace tan grande este tipo de novela, El legado de Humboldt se vino demasiado arriba, en mi opinión, pues las reflexiones interminables y, en apariencia, aleatorias, no ofrecen una trama relevante que las apoye. Ni me interesaron los personajes ni la historia que cuenta. Supongo que es cosa mía, desde luego, pero mira que lo intenté.
El misterio de Riddlesdale Lodge, (Lord Peter Wimsey 02), de Dorothy L. Sayers
La primera novela de esta saga me gustó mucho, de hecho, fue “el libro que me hizo reír” en el Booktag lecturas y Top 5 del 2020. Un protagonista divertido, sarcástico, que, junto a sus compañeros de aventuras, me provocó varias carcajadas. En esta segunda entrega no ocurrió lo mismo, no solo no pasé de algunas sonrisas sino que la historia me dejó un poco indiferente. Este detective aficionado de principios de siglo pierde la chispa en esta trama enrevesada y sin mucho sentido.
Billy Summers, de Stephen King
A ratos novela criminal, a ratos novela bélica, a ratos novela romántica, a ratos novela de venganzas, siempre novela de personajes y, sin duda, lo mejor que he leído en todo el año. La historia de un asesino a sueldo con buen corazón, francotirador, con infancia traumática, pasado militar (con sus propios traumas correspondientes) y dudas morales, ¿cómo no me iba a gustar?
No me ha gustado, me ha enamorado.
Mañana en la batalla piensa en mí, de Javier Marías
Acostumbrada a novelas de las que te atrapan y no te sueltan y te llevan por sus páginas a toda velocidad, Mañana en la batalla es todo lo contrario, es una novela para degustar despacio, poco a poco. No ocurre gran cosa a lo largo de su trama y lo que ocurre resulta bastante predecible, pero Javier Marías escribe tan bien, que el disfrute de la lectura no es lo que cuenta, sino cómo lo cuenta. Cada frase, cada párrafo, cada reflexión son una delicia.
Para volver a ella.
La senda oscura [Rebecka Martinsson 03], de Åsa Larsson
Pues después de una primera novela bastante interesante, la saga de Rebecka Martinsson sigue sin volverme loca. Historias interesantes y complejas, pero siempre hay algo con lo que no consigo conectar, quizá sea los personajes o el modo en que Larsson disfruta enrollándose con flashback innecesarios o subtramas que no me aportan nada. En este caso, los poderes sobrenaturales de una de las protagonistas terminó de quitarme las ganas. ¿De qué va esto a estas alturas?
En cualquier caso, una novela entretenida, no es que fuera un sufrimiento de lectura ni mucho menos, y con varios elementos a favor. Un tres estrellas, ni estupenda ni horrible.
Nunca sabrás quién fui, de Salvador Navarro
Una de esas lecturas contradictorias que te encantan, por un lado, y las detestas, por el otro.
Me encantó: una trama llena de giros y secretos, de mentiras, de revelaciones, un montón de personajes y el protagonista y tú que no teneis ni pajolera idea de qué está pasando. Una sensación constante de estar perdido y de que no te están contando la verdad.
Odié: al protagonista en cuestión. Es insoportable. Si se suele decir que cierto exjugador del Real Madrid era el ejemplo de hombre chulo, este tipo lo deja a la altura del betún. Se pasa la novela repitiéndote (es en primera persona así que sí, lo dice él sobre sí mismo) lo guapísimo que es, lo bien que folla y lo bien que escribe. Toda la novela. Entera. Sin parar.
Una lástima, porque, como digo, la trama en sí y, sobre todo, la resolución final y el modo en que encajan los hilos, es estupenda.
Tras la pista del espejo de Buda (Neal Carey 02), de Don Winslow
Decir de una novela de Don Winslow que me resultó entretenida quizá sea la forma perfecta de decir que sí pero no. ¿Es entretenida? Desde luego. ¿Esperaba algo más? Sin duda.
La segunda entrega de la saga de Neal Carey pierde la frescura de su predecesora, el autor se saca de la manga una historia de amor sin pies ni cabeza y se pierde en descripciones histórico sociales geográficas de China y Hong Kong que son, por otro lado, lo mejor de la novela.
No después de medianoche, de Daphne du Maurier
Cinco relatos cortos inquietantes, con una colección de personajes magníficos y unas relaciones entre ellos sobre las que se basan todas las historias. Muy recomendables.
El otro, de Thomas Tryon
¿Cuál fue el fallo de esta novela? Que el gran giro sorprendente se ve venir desde la página dos. Y claro, eso hace que los trucos no funcionen y que la espera hasta la gran revelación se haga demasiado larga.
Y es una lástima, porque es una novela inquietante, con algunos personajes magníficos (grande, Ada) y un final fantástico.
Pasado perfecto (Mario Conde 01), de Leonardo Padura
No siempre en la literatura criminal lo que importa es la resolución del caso. Para la trama sí, por supuesto, pero no así para el lector. En esta primera entrega de la saga del detective cubano Mario Conde, lo que más he disfrutado no ha sido la investigación sino el descubrimiento de los personajes, magistrales, las relaciones entre ellos y el pasado que los une. Y Cuba, esa isla magníficamente retratada, con naturalidad y sin amargura.
Una saga que debería haber comenzado mucho antes y que continuaré sin ninguna duda.
Los pacientes del doctor García, de Almudena Grandes
Sé que no me creerás, pero a Dios pongo por testigo de que no leí esta novela a consecuencia del fallecimiento de la autora. Simplemente, era la que me tocaba en la lista de lecturas pendientes. Pura casualidad. En serio.
Aparte de eso, bendita lectura. Aunque en ocasiones se hace un poco larga, son casi 800 páginas, me fascinó la historia de estos héroes fracasados que, como ocurría en la trilogía Millenium, de Ken Follet, a la que me recordó por momentos, sirven de excusa para recorrer el pasado de un país condenado a repetir sus errores.
Puede que eso sea lo único malo que puedo echar en cara a la novela. La tristeza que me dejaba en el cuerpo cada vez que me sentaba a leer. Y eso, sin embargo, no indica lo grandísima que era Almudena.
La ventana siniestra (Philip Marlowe 03), de Raymond Chandler
Pues esta ha sido mi decepción del trimestre. No es que no me haya gustado, es Chandler, me gusta por definición, pero no conseguí interesarme por ningún personaje, y ni siquiera el propio Marlowe me resultó tan atractivo como en anteriores ocasiones. Me parecieron bastante planos, puro cliché sin trasfondo, y claro, de esa forma, la trama, que sí es rebuscada y compleja como suele ocurrir, tampoco me importaba especialmente.
Ready player two, de Ernest Cline
Y seguimos con decepciones. Si Ready player one me volvió loca, su continuación es una de esas lecturas de las que podría haber prescindido perfectamente.
Aunque no me ha parecido tan horrenda como a otros lectores, es cierto que le falta la magia de la primera, le sobran escenas absurdas a más no poder, y se carga la espontaneidad y el brillo de las relaciones entre los protagonistas para convertirse en un manual de ética barata que parece escrito para niños pequeños.
¿Entretenida? Pues sí, al menos me entretuvo, sobre todo al principio, pero según avanzaba, casi, ni eso.
En fin.
Persona (Rostros de Victoria Bergman 01), de Erik Axl Sund
No levantamos cabeza. Lo cierto es que esperaba más del enésimo ejemplo de novela-nórdica-que-revoluciona-el-género-lo-mejor-del-mundo-mundial.
No es que sea una mala novela. Tiene algunas ideas realmente buenas, y determinadas escenas te ponen los pelos de punta. Una psicóloga que ayuda a víctimas de violencia infantil, un joven niño soldado de Sierra Leona, una asesina tarada que utiliza a los niños como arma unos contra otros y una policía que investiga la aparición de niños de la calle brutalmente torturados hasta la muerte.
Sin duda, hay escenas que no se me borrarán de la cabeza, pero poco más. No empaticé con los personajes, el gran giro es muy predecible y tuve la sensación de que todos los protagonistas y secundarios se parecían demasiado entre sí.
Aún me estoy pensando si continuaré o no con la saga.
Mis libros
Sigo agradeciendo los comentarios que mis novelas todavía generan entre los lectores, tanto En el punto de mira como Sangre en las manos y Zed está muerto. ¡Muchísimas gracias a todos! Me siento muy halagada de que, tanto tiempo después de su publicación, aún os interesen. ¡Seguid leyendo!
Comentarios de Zed está muerto: Amazon. Goodreads
Comentarios de En el punto de mira: Amazon. Goodreads.
Comentarios de Sangre en las manos: Amazon. Goodreads.
Recuerda que:
Y así concluimos el otoño de 2021.
Y con el final de año a un paso, os recuerdo que en dos semanas publicaré el repaso completo a mis lecturas del año. Lo mejor, lo peor, historias, personajes y, sobre todo, el TOP 5. ¿Te atreves a apostar?
¿Qué habéis leído vosotros en estos meses?
Felices lecturas, y hasta pronto