Todo lo mejor, César Pérez Gellida
Una ciudad separada por un muro y unida por un sanguinario asesino. Dos investigadores que descubrirán que la crueldad no tiene límites.
Viktor Lavrov es un joven talento perteneciente al KGB destinado en Berlín durante el periodo más crudo de la Guerra Fría. Pronto recibirá un delicado encargo que pondrá a prueba sus conocimientos en psicología criminalista y sus virtudes como agente de inteligencia.
El caprichoso destino hará que su camino se cruce con el del inspector jefe de la Kriminalpolizei, Otto Bauer, empecinado en resolver las terribles muertes de cinco menores que parecen estar relacionadas entre sí, unos asesinatos que se niegan a reconocer desde las más altas instancias de la RDA.
Lo bueno
- Los cuatro (o cinco) personajes principales son magistrales
- La historia de los niños, que comienza como secundaria y luego no
- La escritura preciosista
- Los giros al final, no tan sorprendentes pero sin duda efectivos
Lo malo
- Lo que falta para la continuación
- Mi propia ignorancia (¿en esa época y lugar había tantas libertades a la hora de dirigirse a la policía y miembros de seguridad de según qué maneras?)
Permíteme que divague un poco antes de comenzar con la reseña de Todo lo mejor. Creo que las novelas (como casi todo en el mundo del arte, pero en la literatura, más) se pueden juzgar por el contenido y por el continente, o, para ser más claros, por la historia que cuentan y por la forma en que la cuentan. Hay veces en que encuentras historias maravillosas escritas de una manera… menos maravillosa. Puede pasar. O simplemente de una manera que no está acorde con la gran historia que hay detrás. También hay ocasiones en que lees historias normalitas escritas de una manera que te atrapa. También pasa. Lo difícil es encontrar historias magníficas escritas de una manera igual de magnífica. Cuando eso pasa… Ay, estás perdido.
Todo lo mejor no entra en ninguna de estas categorías, al menos desde mi punto de vista. Todo lo mejor va por libre, como cada novela de Gellida, algo que lo hace único y magnífico en sí mismo.
La historia que nos trae el escritor vallisoletano es increíble, las dos tramas que se acaban enredando y desenredando sirven cada una de ellas para atrapar al lector y no soltarlo.
Pero el lenguaje… ¿Cómo lo explico? Si no fuera porque sé a la velocidad endemoniada a la que escribe, lo imaginaría sentado ante su mesa, repasando durante diez o quince minutos cada palabra, cada frase y cada párrafo. Me parece que la exquisitez con la que ha tratado el lenguaje en esta novela es difícil de superar. ¿Y qué pasa con esto? Que de tan bueno, tan bueno, se volvió un inconveniente, pues no fueron una ni dos las veces en las que me olvidé de la historia por disfrutar del ritmo de un párrafo o la magnífica elección de una metáfora. ¿Cosas de escritora? Quizá. ¿Cosas de tarada? Seguro. Pero es así.
Hoy reseño Todo lo mejor y te aseguro que es una novela como pocas que hayas leído antes. ¿Vienes?
El autor: César Pérez Gellida
Ya te hablé de César Pérez Gellida cuando hice la reseña de Konets, así que poco más te puedo contar sobre él. Nació en Valladolid en 1974 y tras dedicarse a la publicidad y la comunicación lo dejó para enfocar su carrera en la literatura.
Su obra, género negro con un toque absolutamente particular e inconfundible, se caracteriza por entrelazar historias y personajes en épocas y mundos que deberían ser imposibles de mezclar, pero que él consigue hacerlo de manera impecable y, no solo eso, sino que el lector ya espera esos guiños y apariciones con cierto ansiedad morbosa.
La trama
En Todo lo mejor convergen dos tramas independientes que giran alrededor de un único personaje central: Viktor Lavrov, un joven agente del KGB con la cara picada de viruela, que ha sido trasladado al Berlín de la Guerra Fría para colaborar con el gobierno de la RDA o, más exactamente, para tenerlo vigilado.
A los oídos del KGB ha llegado el rumor de que uno de los altos cargos de la RDA se está comportando de manera impropia, poniendo en peligro la imagen y la estabilidad del sistema, y como las cosas son como son, la mejor solución es ir a por él. Para ello, Viktor utilizará a una pareja capturada entre la resistencia, unas personas que no tienen opción de decir que no.
Al mismo tiempo, la casualidad quiere que Viktor conozca al inspector de policía Otto Bauer, un agente que ante los terroríficos asesinatos de varios menores se ha encontrado con el muro de negación gubernamental. Esas cosas, simplemente, no pasan en el Berlín oriental.
La experiencia en psicología criminal de Viktor Lavrov despertará en este la curiosidad por dicho caso. Y así, entre un caso, el otro y los crecientes sentimientos que comienza a albergar por una mujer, tendrá que aprender a convivir con los tres aspectos de su ser: el agente del KGB, el policía y el hombre.
Los personajes
Como ya sabrán todos los aficionados a las novelas de Gellida (Gellidistas Anónimos) en sus páginas no vamos a encontrar personajes fáciles ni simples. Si hay algo que detesto son los personajes blancos y negros, bueno buenísimo y malo malísimo. Lo sabes, me he hartado de decirlo, y por eso, probablemente, adoro las novelas de este hombre. Porque aquí casi nadie se queda en un extremo.
- Viktor Lavrov es un hombre pragmático. Un joven agente del KGB que se ha ganado el respeto de sus superiores gracias a su inteligencia y su entrega, pero no es, lejos de lo que pueda parecer, un fanático de la causa; Viktor es capaz de pensar por sí mismo, es consciente de la situación, de lo bueno y lo malo, los claros y los oscuros de los tiempos en los que vive y el papel que ha elegido jugar.
- Otto Bauer se parece mucho a Viktor, por eso encajan desde el principio y por eso chocan continuamente. El inspector Bauer vive dedicado a su labor en la policía, cree en hacer su función y por eso le frustran sobremanera las trabas burocráticas y las hipocresías de sus superiores.
- Birgit Bauer, la hermana de Otto. No es un personaje principal, pero cada vez que aparece arrasa. Una mujer, secundaria, con una fuerza, un carácter y unos ovarios que da gusto verla. No por secundaria está trazada por encima, todo lo contrario. Birgit está ahí para apoyar a su hermana, consciente de que la familia es lo único que tiene cada uno de ellos en estos tiempos, y consciente también de los puntos fuertes y débiles del policía. No es tonta Birgit, para nada.
- Max Pekeler. Un viejo amigo de Otto de cuando la ciudad aún era solo una y no estaba dividida por un muro tanto físico como social. Ahora Max vive al otro lado, el lado “bueno”, con posibilidades, dinero, libertad… Y nada de esto lo frena a la hora de intentar ayudar a su amigo a resolver los casos de los niños asesinados.
- Erika. Viktor Lavrov es agente del KGB, ruso y frío, pero también es un hombre. Y eso queda claro en sus sentimientos por Erika, una mujer fuerte, independiente, que también está interesada en él pero no va a dejar su vida a un lado para juntarse con un hombre del que no se fía. En esta ciudad y estos tiempos, más te vale no fiarte de nadie, y eso ella lo sabe bien.
En resumen: Todo lo mejor
Poco más puedo decir para convencerte de que leas esta novela. Tan solo me quedo con las ganas de comentar un detalle. Y, de hecho, ojalá pudiera comentarlo con el autor. Esta novela me ha recordado muchísimo a El niño 44, de Tom Rob Smith. La historia de un agente del KGB que debe investigar los asesinatos de niños por encima de la negación burocrática, las dificultades políticas y su propia situación familiar. Por supuesto, Gellida le da un giro muy de su estilo, mezclando tramas paralelas y enfoques que no se le habrían ocurrido a nadie más. Y, sin lugar a dudas, Todo lo mejor es mucho mejor que El niño 44, pero me quedo con las ganas de preguntar a su autor si leyó esta novela y si le sirvió de inspiración para escribir su propia historia. O si simplemente es una de esas casualidades de la vida.
En cualquier caso, en Todo lo mejor encontrarás tres historias paralelas y enredadas, encontrarás espías, asesinos, policías homosexuales, ricos obsesionados con el vampirismo, mujeres de armas tomar y mucha gente fuerte. No hay lugar para los débiles aquí.
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Un abrazo, y felices lecturas.
2 Comentarios
Si no lo hubiera leído, me habrías convencido. Gellida nunca defrauda, tiene una forma de contar las cosas que atrapa desde las páginas iniciales. Esperemos que no tarde mucho en deleitarnos con su continuación.
Besos
Eso esperamos todos. Podemos contar con que escribe a una velocidad envidiable, pero el tiempo entre sus novelas se hace taaaaan largo jjj
Un abrazo.