Hoy quiero darte las gracias

Hoy quiero dirigirme a vosotros para daros las gracias. Sencillamente. Gracias.

¿Gracias por qué?, os preguntaréis. Lo explico.

En todas las presentaciones, firmas y charlas que he dado (como si hubieran sido mil :D), siempre me he encontrado con la misma pregunta:

¿Cómo te documentas para tus novelas?

A la que yo siempre respondo lo mismo, básicamente porque es la verdad: San Google Bendito.

Ayúdame, San Google, a saberlo todo sobre rifles y asesinatos…

Y es que es así.

En Internet está la respuesta a todas las preguntas, lo que se te ocurra. En mi caso suele ser información sobre armamento, munición, mapas, protocolos policiales… Y allí está todo. Pero estas respuestas no están ahí por capricho divino, están ahí porque alguien las ha puesto, porque alguien ha querido compartir sus conocimientos con gente como yo, con cualquiera que los necesite, porque alguien está dispuesto, de tú a tú, a resolver todas esas dudas y confirmar o desmentir lo que vayas encontrando. Porque alguien está dispuesto a ayudar.  Y eso me sorprende.

Quizá debería aclarar que no tengo fe en el ser humano. Veo los telediarios dos veces al día, leo los periódicos cada mañana, he recibido desde todos los ángulos; así que no, no tengo fe en el ser humano. Por eso, cuando me encuentro con gente que ayuda a los demás de manera desinteresada, porque sí, sin pedir nada a cambio, me sorprende. Y desde que comencé a escribir En el punto de mira, y después, con Zed está muerto,  esa es una situación que no he dejado de encontrarme.

Un zasca en toda regla

Os contaré un ejemplo muy gráfico de esto.

En una ocasión, mientras escribía Zed está muerto, me surgió una duda. En él hay un personaje que se dedica a la danza, y yo necesitaba que este personaje practicara, en un momento dado, sus ejercicios de baile. ¿Qué ocurre? Que no tengo ni idea de ballet, así que se me ocurrió pedir ayuda en Twitter.

¡Socorro! ¿Alguien conoce a alguna bailarina (o bailarín) de ballet clásico que pueda ayudarme con terminología para mi nuevo libro? ?? pic.twitter.com/xdfbdn9iC7

— Arantxa Rufo (@AraRufo) 11 de mayo de 2017

Os seré sincera, creí que esa petición se perdería en el vacío, que la verían unas cuantas personas, y si alguna de ellas sabía de ballet, entonces quizás, y solo quizás, se ofrecería a ayudarme.

¡Zasca!

Una vez más, mis prejuicios a la basura. Mucha gente retuiteó mi solicitud, hubo gente que la compartió con personas que creían que podrían ayudar, y recibí varios ofrecimientos por privado. Al final, gracias a todos ellos, logré escribir la escena que necesitaba. Puedes leerla aquí, guiño, guiño

Gracias.

No es este el único caso, aunque sí el último que he vivido de primera mano. Los foros de todo tipo de temática en la que la gente ha respondido a mis preguntas me permitieron documentar y escribir En el punto de mira. Y una vez terminado, fueron innumerables las páginas y blogs que me permitieron revisarlo, corregirlo y publicarlo, blogs cuyos autores comparten sus experiencias y conocimientos… Incluso hubo un policía especializado en operaciones especiales que se ofreció a colaborar, desinteresadamente, en mis siguientes novelas, y gracias a él surgieron algunas escenas de Zed está muerto.

Sin ellos, hoy no estaría aquí.

Otro ejemplo

Al par de días de publicar En el punto de mira, recibí un mensaje de chat de Facebook de una chica a la que conocía en las redes pero no en persona. Se había comprado el libro, lo había leído, lo había reseñado (¡Mi primera reseña! Aún recuerdo los temblores antes de leerla y la emoción al terminar. Por supuesto, la podéis leer aquí) y me preguntaba, con miedo, si podía comentarme algunos fallos que había descubierto. Por mucho que yo hubiera revisado el libro doscientas o trescientas veces, siempre se escapan errores gramaticales, ortográficos, gazapos… Y ella me ofrecía su ayuda ¡con miedo! Por supuesto, le supliqué que me dijera todo lo que había encontrado para arreglarlo.

Desde entonces he tenido la inmensa suerte de conocerla en persona y para mí su nombre siempre llevará un “Gran” delante. Porque no tenía por qué ser la primera “no conocida” en comprarlo, no tenía por qué reseñarlo, no tenía por qué ayudarme con los errores y no tenía por qué comprarlo después en papel ni asistir a una de mis firmas, ni seguir haciéndolo con la novela que vino después. Pero hizo todo eso en un momento de total incertidumbre y miedo por mi parte, y siempre le estaré agradecida.

El “gracias” más grande

En el punto de mira fue mi primer libro.  Ya sabéis lo que eso significa. No eres nadie, la gente no ha oído tu nombre jamás y no tiene ninguna referencia sobre ti más que las dos o tres reseñas que vas consiguiendo poco a poco. No voy a mentiros a vosotros y menos a mí misma, es una situación difícil, incluso yo dudo a la hora de leer autores de un solo libro. Y, sin embargo, estáis ahí. Muchos comprásteis el libro, compartisteis vuestras opiniones, lo recomendasteis… ¿Qué puedo decir? Gracias se queda tan corto…

No sé qué será de mi carrera literaria. No sé si lograré vivir de esto o si me limitaré a escribir para unos pocos locos como vosotros. Lo que sí sé es que he ganado un poco más de fe en la humanidad y un listado enorme de personas que valen la pena, y de blogs con los que puedo contar para solucionar mis dudas literarias, atascos e ignorancias varias.

Lo único que puedo hacer para compensar a estas personas es devolverles el favor en forma de enlaces a sus páginas, pero creedme, no les estoy haciendo un favor a ellos, os lo estoy haciendo a vosotros, porque son webs imprescindibles si quieres escribir. De modo que os dejo a continuación una lista por si alguna vez los necesitáis, pero antes, dejadme daros las gracias de nuevo.

Gracias a todos.

Gracias a ti, que estás ahí.

Recursos y artículos

• Ana Katzen: Una escritora que, además de hablar de sus libros, ofrece artículos geniales sobre construcción de personajes, ambientación, escenas…
• Excentrya: El blog de Jaume Vicent Bernat, un escritor de terror que comparte sus experiencias y conocimientos de la forma más amena que os podéis imaginar.
• Factoría de autores: Además de sus cursos y talleres, ofrecen un montón de artículos gratuitos y muy útiles.
• Hoja en blanco: Otro escritor, Isaac Belmar, y otro blog que hay que seguir. Además de sus escritos encontraréis grandes artículos
• Lector Cero: Una empresa dedicada a la corrección de escritos que, además, publica interesantes artículos de Pascuas a Ramos. Sobre todo os recomiendo sus servicios. Un placer trabajar con ellos.
• Literautas: Otra web en la que encontraréis talleres, tutoriales, recursos y aplicaciones.
• Literup: Una web completísima con reseñas, recursos, críticas, entrevistas y noticias. ¿Qué más queréis?
• Marketing online para escritores (MOLPE): un imprescindible si quieres aprender a darte a conocer
• Marian Ruiz Garrido: Una correctora profesional que ofrece toda su sabiduría en el blog
• El rincón de Cabal: Un escritor de ciencia ficción compartiendo su conocimiento. Imprescindible.
• Sinjania: Especializados en formación y edición, ofrecen muchos recursos gratuitos y artículos de interés.
• Simplemente MJ: Lo conozco desde hace poco, pero esta chica toca todos los temas que te interesan si estás empezando.

Reseñas y recomendaciones

• Letras imposibles: La Gran Herminda mezcla relatos propios, noticias de interés y recomendaciones literarias. No os lo perdáis
• Escaparate literario: Mi blog de referencia para buscar nuevas lecturas. La perdición de mi presupuesto mensual

Hay muchos que no están en esta lista, algunos porque son nuevos, otros porque los acabo de conocer, y otros porque no los conozco todavía. Y me encanta saber que hay tanto todavía por descubrir. ¿Os animáis a recomendarme alguna web que os parezca interesante?